Harry Potter - Las crónicas del jugador

Capítulo 27: Libro 2. Capítulo 5. Buenas Nuevas

9 de septiembre de 1991:

Hadrian se sentó en su escritorio el domingo por la mañana, leyendo un paquete de varias cartas, a las que gradualmente escribió una larga respuesta. Del mismo modo, había escrito varias otras respuestas esperando a Artemisa.

Justo cuando pensaba en su búho nival, levantó la vista al escuchar el sonido de las alas. Una sonrisa complacida apareció en su rostro mientras ella llevaba dos respuestas a sus dos cartas que él le había enviado la noche anterior después de que Amanda le presentara la legalidad usando la magia de la sangre en los contratos mágicos.

Las cartas, o más bien las respuestas que Artemis acababa de darle, eran de GrimClaw y Rainy. GrimClaw confirmó lo que había aprendido de Amanda. Incluso en las bóvedas familiares, tenía dos artefactos especiales que declaraban su posesión legal.

El uso y posesión de Blood Quills era ilegal fuera del banco Gringottovice para todos los magos y hechiceras. La escapatoria maravillosa era que una vez que estas Blood Quills fueran declaradas como artefactos familiares y marcadas con el escudo de armas de la familia, él podría conservarlas legalmente, aunque él mismo no podía usarlas fuera del área de los goblins. Sin embargo, ninguna ley decía que los muggles, para quienes era perfectamente legal, no podían usarlos.

En respuesta de Rainy, supo que ella lo esperaba a la una después del almuerzo, cuando le daría tiempo. También tuvo que llevar consigo ejemplos de contratos mágicos para que ella pudiera revisarlos con el abogado de su familia.

Debido a que tenía bastante tiempo el domingo por la mañana, volvió a escribir respuestas a la gran cantidad de cartas que se habían acumulado en un número increíble durante los últimos diez años. Por supuesto, Artemis estaba feliz por cualquier carta que pudiera entregarle. Después de todo, recibió una cierta cantidad de experiencias por cada carta entregada, que también dependía de la distancia y la velocidad de su entrega.

Durante las próximas horas, Hadrian se encontró con dos pasadizos secretos. Fue asombroso cómo funcionaba el castillo mágico y la arquitectura cuando pudo llegar del primer piso al séptimo, gracias a un único corredor de apenas quince metros de largo.

El segundo corredor secreto conducía nuevamente desde el primer piso, esta vez a lugares que no tenía idea de que existieran. Aparentemente, el Gran Salón era mucho más grande de lo que parecía porque había llegado a un piso oculto con balcones para comer. Desde allí podía ver todo el Gran Salón y, al mismo tiempo, estaba completamente oculto a la vista.

Era un lugar perfecto con suficiente privacidad, y nadie podía acusarlo de no comer en el Gran Comedor. Que nadie lo viera ya no era su problema. No tenía idea de a quién le iba a contar esto a nadie, así que por ahora decidió mantener este secreto para sí mismo.

Además, logró encontrar otras dos habitaciones ocultas ya descubiertas y una sin descubrir, en la que había un cofre de madera. Obtuvo un Libro de experiencia de él , que fue agregar 7 niveles a algunas de sus habilidades. Luego recibió una llave de bronce y una llave de plata . No tenía idea de si alguna vez encontraría los cofres que usó para estas llaves, pero aun así era mejor tenerlos que encontrar los cofres correctos y no tener una forma de abrirlos.

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Después de que Adriano pasara una semana en un castillo medieval sin signos de tecnología avanzada, fue muy agradable regresar al mundo moderno. Aunque la casa de Rain estaba en el borde de un edificio histórico, todavía no era un edificio milenario. Las verrugas tenían sus encantos , pero también eran una señal de que la sociedad mágica se estaba quedando atrás en muchos otros aspectos.