Jiang Cheng lo está intentando.
Lan Huan observa los pequeños avances, la manera en que el humor que a veces quiere estallar se apaga y como frunce su ceño cuando sabe que está a punto de volver a soltar algo hiriente sobre su condición. La situación mejora desde que pudo volver a estar con Jin Ling en la habitación: fue como si escuchar la voz de su querido sobrino despejara la bruma de oscuridad que lo estaba inundando. Lan Huan es testigo de cómo se sostienen, de cómo buscan estar en contacto del otro, aunque ambos estén vendados. Le retuerce el corazón y se le hinchan las costillas cuando es un observador del inmenso amor que se tienen, aún con sus mordidas, aún con sus bromas y sus reclamos.
Jiang Cheng ama a Jin Ling, lo ama más que a cualquier otra cosa que ame, por encima de su secta, por encima de sí mismo, por encima de él. No se siente celoso, él se contenta con tener un pedazo de la ferocidad con la que Jiang Cheng ama, se sabe afortunado por conocer todo lo que hay detrás de la fachada de independencia y amenaza que ha creado a su alrededor.
Él conoce al Jiang Cheng que puede llorar en sus brazos, al Jiang Cheng que ríe con desenfado con una broma, al borracho que se queda casi maullando entre sus piernas cuando el alcohol dio paso al sueño, el demandante que se sube sobre él y pide que lo satisfaga, el que penetra dentro de él para desarmarle toda la elocuencia, como muchas veces bromea, porque Lan Huan pierde el hilo de las palabras cuando lo siente dentro. También al Jiang Cheng que se entrega, sin mordidas, sin reclamos, con súplicas mientras es él quien está en su interior, amándolo dolorosamente lento, obligándolo a pedir lo que desea, a darle voz a sus deseos sin temor de que sean ignorados. «Voy a estar aquí para tí», le dice y él le mirará con esos ojos brillantes y húmedos por el placer y el anhelo.
Ya no, ya no mirará, pero en cambio sus pestañas temblarán y su rostro se volverá más rojo. Ya lo comprobó. En esos momentos en donde Jiang Cheng se siente más vulnerable, se ha entregado a sus brazos y Lan Huan le ha hablado en el lenguaje de los besos y caricias, pintando sobre su piel las promesas de amor hasta que el orgasmo los arrastra a ambos a la costa del olvido, donde lo único que importa es sentirse aún conectados. Juntos.
Que los sirvientes, ancianos y discípulos de Jin lo vean dormir en su habitación, en su cama, ya es irrelevante. Que los médicos vean como le sujeta la mano cuando lo ayuda a levantarse de la cama después de una nueva curación, que las doncellas preparen el baño para ambos y los vean juntos sentados en la cama, dejó de preocuparlo. El decoro lo ha perdido, poco puede importarle. Todo lo que anhela es dejarle en claro que no habrá fuerza humana ni inmortal capaz de alejarlo de él ahora. Callar esa voz persistente en Jiang Cheng que le susurra en medio de pesadillas que no estará solo de nuevo.
Jiang Cheng lo está intentando y Lan Huan no lo dejará solo en esa empresa.
Esa mañana, los encuentra juntos y despiertos. Una pesadilla volvió a azotar a Jiang Cheng y despertó con tanta desesperación que él tuvo que abrazarlo en su cuerpo, contra su pecho. Lo sostuvo allí hasta que el sol empezó a cubrir los ventanales de la habitación de la torre e inundar con su calor las sábanas. Cuando el temblor mengua y ambos comprenden que no podrán retomar el sueño, se sientan en la cama. Lan Huan se posiciona frente a él, dejando las sábanas abajo y le ofrece una mano. Jiang Cheng la toma para salir de la cama y juntos caminan hasta la estera frente a la ventana.
—Meditemos —sugiere Lan Huan y ambos se sientan sobre sus talones. Se toman sus muñecas, Jiang Cheng tomando su meridiano en la izquierda y él tomando el de la izquierda de Jiang Cheng, para transferir sus energías en un solo punto y que esta recorra los meridianos de ambos, tocando y acariciando sus núcleos en el proceso.
Íntima, profunda, se siente como hacer el amor a nivel espiritual, expandir sus conciencias y sobrevolar con las estrellas abrazados, sentir las caricias en su núcleo y sentir la plenitud de una forma más espiritual. Llenando cada bache de su conciencia, calmando el alma al blanquecer la mente, con la respiración atenuada y sus cuerpos sincronizados. Inhalan juntos, exhalan juntos, abrazan juntos la calma.
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Compañero de vida (MDZS)
FanficDespués de una cacería nocturna que salió mal, Jiang Cheng le entrega los ojos a Jin Ling. Lan XiChen navegará por el duelo, la pérdida y la esperanza para construir su final feliz. . . . Jiang Cheng pierde sus ojos, Lan Huan se queda. PD: Fic herm...