Juntos por siempre [GoYuu]

Capítulo 4

Hubo un largo silencio entre ambos, Satoru no pudo evitar derramar un par de lágrimas al escuchar la historia de Yuuji, claro que intento disimularlo fingiendo comezón en los ojos. No podía ni imaginar la soledad que en muchas ocasiones debió haber sufrido ese bello pelirrosa de ojos miel.

Yuuji estaba a la espera dé alguna palabra del albino ¿Le temería? ¿Le daría asco? La espera lo estaba carcomiendo por dentro.

- ¿Satoru? -

- Yuuji - Gojo alargó una mano para tocar su rostro y así lo hizo. El pelirrosa dio un pequeño respingo ante el tacto ¿Hace cuánto que no recibía una caricia? Vagamente recordó que su madre acostumbraba pellizcarle el cachete de manera cariñosa, pero nunca había recibido mimos de otra persona, bueno, él ya no era una persona, pero, aun así, se sentía realmente bien.

Cerro los ojos dejándose llevar por el tacto e imitó el gesto con Satoru, estiro su mano y limpio las pequeñas lágrimas mal disimuladas de sus ojos azules.

- ¿Por qué lloras? -

- Es solo que, no puedo ni imaginar lo duro que ha sido para ti -

- Creo que ya me acostumbré -

- ¿Cómo puede alguien acostumbrarse? -

- Bueno, yo ya no soy alguien -

- Eres Yuuji y eso es todo lo que yo necesito saber - Satoru acercó su rostro lentamente al sorprendido pelirrosa y este no hizo nada para frenarlo o apartarlo... podía hacerlo, pero no lo hizo. La distancia se rompió, ambos juntaron sus labios en un beso lento pero lleno de emociones, sus corazones latian fuertemente, las mejillas de ambos estaban sonrojadas y sus lenguas se buscaron dentro de ese beso que pronto se volvió muy demandante.

El tiempo se detuvo para los dos, se rehusaban a separarse, devoraban sus labios como si fuera algo que hubieran esperado por mucho tiempo y quizá así había sido... al menos por parte de Yuuji. Satoru no sabía de dónde surgía esa necesidad de estar con el pelirrosa. Sabía que era antinatural y que probablemente estaba loco, pero ¿Qué más da? Se sentía muy bien, como si fuera lo que siempre debió ser.

La falta de oxígeno por parte del albino fue lo que hizo que se separan y un pequeño hilo de saliva los mantenía unidos. Ambos seguían recostados, intentaron calmar su respiración y por obvias razones Satoru tardo más en conseguirlo.

- Lo siento Yuuji... es solo que -

- No tienes que disculparte, creo que ambos lo queríamos ¿O me equivoco? - Yuuji tenía un brillo en los ojos, uno que Satoru aprecio de inmediato.

- No, no te equivocas. Apenas te conozco y siento la necesidad de estar junto a ti - El albino rasco su nuca, un gesto que demostraba su preocupación.

- ¿Eso es malo? -

- No lo sé, dímelo tú ¿Podemos estar juntos? ¿Hay algún peligro para mí, mis amigos o mi familia? -

Yuuji se giró para quedar de nuevo con su espalda en la cama y su vista se posó en el techo.