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—¿entonces te gusta?

—¡Jisung! —regaño Renjun por teléfono.

—¿Qué quieres que te diga? Nunca te escuche tan... ¿entusiasmado? Hablando de alguien

—bueno... es que normalmente con la gente que solía salir era tan aburrida, a mi mamá le gustaba que saliera con chicos serios

—solo porque ese tipo de gente tiene tanto trabajo aburrido que los consumen

—a mi mamá le gustaba que tuvieran trabajo estable y buena, que diera dinero, ya sabes

—claro que lo sé y ese tal Jeno es pobre o que?

—no, claro que no, de hecho fui a su departamento y...

—¡¿fuiste a su departamento?! —grito Jisung al teléfono.— no te conoci así, Renjuncito

—solo fui pata darle su paga y unos postres

—¿y para que más?

—esta bien, vimos una película, él se durmió y yo no quise despertarlo, así que me dormí con él, pero solo eso, a la mañana siguiente vinieron sus amigos y fuimos a hacer compras, su refrigerador estaba totalmente vacío

—es pobre

—¡no! Es solo que al parecer no suele cocinar en casa, no lo sé

—las cosas que haces mientras yo estoy fuera del país, mal

—simplemente conocí a un chico

—que te gusta

—es lindo, no lo conozco tanto, solo me... ¿atrae?

—parece que te importa

—no es cierto, solo soy amable

—bueno, como tú digas. ¿Me dijiste que renuncio?

—sí, muchas veces personas lo criticaban y pedían que se vaya, me daba tanta rabia eso

—debe ser feo que hagan eso siempre

—demasiado, él siempre se mantenía cuerdo y solo intentaba calmar al cliente... Jisung, siento que lo obligue a volver

—¿Qué? Me dijiste que solo le entregaste el mantel, nada más

—lo sé, pero sentí que fue como que estaba obligadolo

—no me sentí obligado —una voz interrumpió su conversación. Renjun levanto la cabeza fijándose quien era, Jeno estaba parado frente a él.

Renjun estampó el celular en la mesa. Jeno se asustó ante la reacción repentina y luego rio un poco.

—¿que culpa tenía tu celular? —río Jeno sentandose frente a Renjun.

—¿a que hora entraste?

—hace unos minutos, escuche que dijiste que piensas que me sentí obligado de volver

Las mejillas de Renjun se colorearon.

—yo... le estaba contando a un amigo, no es que haya estado hablando de ti, solo se me salio el tema de pronto —intento excusarse.

—no te preocupes, solo quería decirte que no me sentí obligado, ahorita volví por cuenta propia —Jeno saco el mandil de su mochila.—quiero que me vuelvas a contratar

Renjun se quedó callado y parpadeo un poco.

—¿lo dije muy informal? Lo siento

—¡no! Esta bien, solo que creí que habías venido a devolver el mandil, estas contratado de vuelta

—eso fue rápido, ¿no haré otra prueba?

—no es necesario, mañana mismo vuelves a trabajar

—¿hoy no? Aún es temprano

—iré a visitar a mis padres, por eso tengo el cartel de cerrado en la puerta —apunto Renjun.

—verdad, que idiota, no lo vi —Mencionó Jeno viendo la puerta.—entonces mañana temprano estoy aquí —dijo volviendo a ver a Renjun.

—claro, yo tengo que irme ya, estoy tarde—Renjun dejo el celular aún estampado y se paro para quitarse el mantel.

Intento y no pudo.
La vergüenza era grande, debió esperar a que Jeno se vaya para poder sacárselo.

—¿te ayudo? —preguntó Jeno extendiendo la mano.

—sí, por favor, parece que se hizo dos nudos

Jeno se levantó y se acercó a Renjun por detrás para ayudarlo.

Tal vez para Jeno no haya sido la gran cosa, pero había otro chico que no pensaba lo mismo, el simple acercamiento tenía a Renjun con la piel de gallina. Vaya que Jeno era alguien con un aura intimidante.

—listo —Jeno volteo a Renjun y levantó el mandil color celeste.

—gracias... bueno, creo que debería cerrar —dijo Renjun, quería que Jeno no notará su rostro, lo echaría lo más rápido posible del local aunque sonará cruel. Bueno, no sonaría cruel.

—¿quieres que te ayude?

—esta bien, yo puedo solo, mejor ve a casa, esta haciendo mucho frío

—bien, cuídate —Jeno se iba a retirar, pero se quedó un momento pesando. Lo abrazo.— gracias por darme otra oportunidad y no juzgarme, lo siento si esto es poco profesional y aceptaría si me vuelves a despedir ahora mismo

—nunca lo haría, creo que ya nos tenemos un poco más de confianza —río Renjun correspondiendo al abrazo.— anda, ve a casa

Jeno asintió con una cálida sonrisa y salio del local sin antes despedirse con su mano antes de cerrar la puerta. Renjun correspondió replicando la misma acción.

Ni bien Jeno se fue Renjun soltó una bocanada de aire. Se tocó el rostro y estaba caliente, seguro Jeno noto su sonrojo, estaba muriendo de vergüenza.

Renjun se desplomó en la silla intentando olvidar todo y fingir que Jeno no se dio cuenta de nada. ¿Puede estar rojo por el frío, verdad?

Unos segundos después, Renjun tomó su teléfono y ahí es cuando se dio cuenta que nunca colgó la llamada con Jisung. Acercó su teléfono a su oído temeroso.

—¿Jisung? —preguntó con miedo.

—¡me dejaste no la linea solo! Pero, no me quejo, pude escuchar todo, la voz de ese tal Jeno suena muy sexy, ya sé por qué te gusta

—Dios, que vergüenza que hayas escuchado todo

—seguro estas rojo, Renjun esta avergonzado

—cállate, ya me voy, de verdad tengo que ir donde mis padres

—me saludas a esos dos cubos de hielo que tienes de padres, adiós, Renjun

—adiós, Jisung

























































Holi, ya se me hizo costumbre publicar antes de ir a mi u porque me gusta ver si dejan comentarios xd más los miércoles que me toca critica (me van a destrozar la estabilidad emocional) espero me vaya bien :')

Hands | NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora