Cap 4

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La puerta de Antonio brillo, revelando así su don y Camilo pudo sentir como un peso era quitado de sus hombros.

Antonio si había obtenido un don.

Un tucán se poso en el brazo del menor, el cual lo miraba curioso al igual que Camilo.

Antonio: Ajá, si, te entiendo
Claro que pueden venir

Camilo abrió sus ojos verdes por la sorpresa, para luego sonreír con alivio y felicidad, fue en ese momento que varios animales llegaron a casita, subiendo las escaleras de casita hasta llegar a un lado de Antonio.

Alma: Tenemos un don nuevo!!

Todos celebraron por eso, un jaguar cargo al pequeño Madrigal en su lomo y entro a la habitación, algunos aldeanos junto con todos los integrantes de la familia Madrigal los siguieron casi de inmediato.

Viendo como el jaguar le daba un pequeño recorrido por su habitación al pequeño niño.

Cuando Antonio volvió con su familia, algunos se acercaron a él, completamente emocionados.

Camilo: Lo viste, todo salió bien

Antonio asintió con felicidad, en ese momento Alma se acercó a su nieto menor.

Alma: Nunca dude de ti mi pequeño, tienes un don tan especial como tú

Mirabel vio como la cara de felicidad de su pareja desaparecía, recordando aquel momento dónde la abuela pareció tan hipócrita que le daba ganas de vomitar.

Alma: Camilo, puedes ir a la cocina y traerme una arepa de tu mami por favor

Los ojos avellana de Mirabel se abrieron con sorpresa, pues, se suponía que en ese momento debía ser tomada la foto familiar, y entonces se dió cuenta, sintió su sangre hervir por el coraje,  se hubiera lanzado sobre su abuela en ese momento si no fuera por que Camilo la atrapó antes de que hiciera alguna locura.

Camilo: Si abuela

Antes de que alguien pudiera decir algo, Camilo se retiró de la habitación, siendo seguido por los ojos avellana de Mirabel.

Alma: La foto, es momento de la foto

Algunos miembros de la familia que no habían estado presentes en ese momento se acercaron para tomarse la foto.

Pepa: Mamá, ¿Dónde está Camilo?
Alma: Ya sabes como es, no le gustan las fotos

Mirabel tuvo suficiente en ese momento, ya que no se unió a la foto, en su lugar salió corriendo de la habitación.

Escuchando de fondo los gritos que celebraban con felicidad, La familia Madrigal, escucho a su familia exclamar, pero a ella eso solo le parecía un vil mentira, después de todo, ni siquiera estaban completos y se atrevían a llamarse familia.

Estaba por bajar las escaleras cuando un mareo la hizo detenerse.

Mirabel: Ahora no por favor

Se agarró de los barandales para evitar caer, sus piernas temblaban y su cabeza daba vueltas, su estómago parecía estar revolviendose.

Deseaba ir con su pareja pero en ese momento fue detenida por uno de sus pretendientes.

---: Señorita Mirabel, ¿Se encuentra bien? Está pálida

El joven se acercó a Mirabel, la cual sentía que en cualquier momento vomitaría.

Camilo se encontraba en la cocina, comiendo una arepa en silencio, ya estaba acostumbrado a que su abuela no deseara tenerlo en las fotos familiares, así que le dolía menos, pero igual seguía doliendo

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Camilo se encontraba en la cocina, comiendo una arepa en silencio, ya estaba acostumbrado a que su abuela no deseara tenerlo en las fotos familiares, así que le dolía menos, pero igual seguía doliendo.

Escucho algo quebrarse, así que dejó la arepa y el jugo en el mesón de la cocina para averiguar lo que había ocurrido.

Sus ojos verdes captaron una gritas en la cocina, las cuales se extendían por el comedor, la sala, y el patio central de casita, claro, las del patio eran tan pequeñas que casi no se notaban.

Camilo: Casita?

El joven acercó su mano a la grita acariciandola con suavidad y preocupación.

Camilo: ¿Qué te ocurre?

Casita movió sus pisos, cortando sin querer a Camilo, el cual solo hizo una mueca.

Camilo: Esto tiene que saberlo la abuela

Se levantó, con la idea de subir a decirle sobre lo que ocurría a su abuela, pero un grito le detuvo.

Grito que era tapado por la fuerte música y la celebración, pero que él pudo escuchar muy bien.

---: ¡¡Ayuda!!

Sin pensarlo mucho corrió fuera de la cocina, su rostro perdió color al ver a Mirabel en los brazos de uno de sus pretendientes.

---: ¡¡Ayúdame por favor!!

La voz del chico se escuchaba aterrada, así que Camilo olvidándose por completo del desagrado que sentía por ver a alguien más tocar a su pareja, se acercó a ellos de forma apresurada, dándose cuenta que Mirabel estaba desmayada.

Camilo: ¿Qué ocurrío?

Pregunto lo más rápido que pudo, olvidando por completo que deseaba hablar con su abuela.

---: No lo se, ella estaba pálida, y de un momento a otro se desmayo

Camilo tomo con cuidado a Mirabel, dándose cuenta de lo pálida que estaba.

---: Voy a llamar a la señora Pepa

Antes de que aquel chico pudiera irse Camilo lo detuvo.

Camilo: No, yo me encargaré de ella, no te preocupes, no le digas nada a mi mamá, eso solo la preocuparía, y mi tía Julieta armaría un huracán si se entera, a mi abuela no le gustaría que arruinaras la fiesta
---: Pero ella
Camilo: Yo me encargo, el que no tenga un don no significa que no sepa que hacer en estos casos

La mirada verdosa llena de ira de Camilo fue suficiente para que aquel chico lo entendiera.

Una vez que estuvo seguro que todo estaría bien, Camilo llevo a Mirabel a su cuarto, estaba preocupado, no sabía que ocurría pero si que muy pronto lo averiguaría, solo esperaba que no fuera nada malo.

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⏰ Última actualización: May 20, 2022 ⏰

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