Teiko, el reino de los prodigios || KnB • Harem

OO4

- ¡Yo dormiré con Tetsu! -

- ¡No, yo dormiré con Tetsucchi! -

- Es obvio que Tetsuya va a dormir conmigo, yo no me muevo tanto por las noches, nanodayo. -

- ¡Nee~ pero si Tetsu-chin dijo que quiere dormir conmigo! -

La guerra había empezado en la mansión Akashi, dónde 4 titates peleaban por quién tendría el honor de dormir acompañado de la emperatriz fantasmal, el campo de batalla era sangriento, toda una masacre dónde se notaba habían pasado horrores, todo esto, observado por el emperador, el único que siendo de la realeza todavía conservaba paz en su pueblo.

En otras palabras, Aomine, Kise, Midorima y Murasakibara se estaban agarrando de las greñas mientras Akashi y Kuroko veían todo de lejitos.

- Es hora de dormir, cielo. - Susurro Seijuro al oído de la sombra, para que con agilidad y en silencio absoluto, llegar a la cama donde ambos se recostaron abrazados, ignorando totalmente la pelea que se estaba llevando acabo.

- ¿No deberíamos parar eso? - Preguntó en un susurro adormilado Kuroko, sintiendo a Akashi sobar su espalda.

- Shh, deja que se les agoten las energías. - Respondió él emperador, acomodando a su emperatriz para dormir plácidamente.

Dos horas después los titanes cayeron.

- Adiós, Sei-kun. - Se despidió Kuroko con un beso en la mejilla del peligranate.

- Adiós, vendré por ti cuando terminen las clases, Tetsuya. - Dijo, acariciando la mejilla del más bajo para después volver a subir en su limosina e ir de regreso a su mansión, el resto de los prodigios ya estaban en sus respectivas escuelas.

Kuroko observó al automóvil irse y entro a la escuela, yendo directo a su salón para encontrarse con Kagami o en todo caso con alguno de sus otros compañeros.

Una vez llegó y vio la cabellera roja de su amigo se dirigió a su asiento y con su dedo pico la gran espalda de su luz para llamar la atención.

- Buenos días, Kagami-kun. - Saludo, logrando que al tigre le recorriera un escalofrío por toda la espalda.

- Diablos, Kuroko, ¿Cuántas veces de he dicho que no me asustes así? - Se quejo el más alto.

- Yo solo dije buenos días. -

- Ugh, buenos días...-

- Kagami-kun, ¿Ya me dirás por qué te fuiste así ayer? -

- ¿Y tú me dirás por qué nunca me dijiste que los prodigios son tus novios? - Preguntó, más bien grito el tigre, sintiendo un nudo en la garganta y un ardor en el estómago.

Kuroko abrió los ojos sorprendido ante el grito de su mejor amigo y también al saber que este ya conocía sobre eso.

- Kagami-kun, y-yo...- intentó explicar la sombra, sintiendo la palabras atorarse en su garganta.

Era una suerte que el salón estuviera vacío, todos seguían por los pasillos.

- ¿Tú qué, Kuroko? ¿Cuándo me ibas a decir que en realidad solo me utilizaste para traer a tus queridos noviecitos lame botas de vuelta? - Dijo con agresividad la luz, haciendo sentir mal a la sombra y que sus ojos se pusieran cristalinos amenazando que podría llorar.

- Eso es mentira. - Respondió con la voz temblorosa y los ojos húmedos.

- Me utilizaste, ¿Si quiera de verdad soy tu mejor amigo? Solo me usaste como moneda de cambio para traer a tus novios de vuelta y ahora me vas a dejar botado, después de todo ya no te siervo, ya cumplí con tu objetivo. - Grito, levantándose de su lugar para encarar a la devastada sombra, pero una vez estuvieron frente a frente, lo que resonó por el salón fue el sonido de una potente cachetada.

Kagami abrió los ojos sorprendido, sintiendo su mejilla arder por el fuerte golpe y escuchando el sonido de la puerta abrirse y cerrarse violentamente.

Kuroko se había ido corriendo del salón y Kagami se sintió como escoria.

- Ugh, A-akashi-kun. - habló Kuroko.

- Tetsuya, ¿Estás bien? ¿Qué pasa? - Se escuchó la preocupada voz del emperador al otro lado de la línea.

- Kagami-kun...-

- Shh, está bien, voy para allá, mándame un mensaje con tu ubicación exacta, no te preocupes, cielo. - Dijo y colgó rápidamente.

Kuroko hizo lo pedido y le mando un mensaje con su ubicación exacta, para después esconder su cabeza entre sus rodillas e intentar contener el llanto que luchaba por salir.

Todo lo que Kagami dijo lo hizo sentir como la pero mierda del mundo, que su mejor amigo pensara que solo lo utilizo, que lo considere ese tiempo de personas...