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La winter cup acaba de terminar, dando como ganadores a el equipo novato de Seirin. Los gritos eufóricos de las personas en las gradas no se hicieron esperar, la adrenalina se sentía en el aire al ser testigos de un partido tan extasiante.

Kuroko salto gritando de alegría, lanzándose a los brazos de su luz fundiéndose en un abrazo lleno de emoción, al que en poco tiempo se unieron el resto de los miembros de Seirin junto con su entrenadora que lloraba de felicidad.

Les entregaron el trofeo, Riko lo sostuvo con orgullo y fue levantada por los jugadores, mientras sostenía el trofeo en lo alto y era lanzada en el aire cuál niña chiquita.

Todos aplaudían, sin duda era un gran triunfo el que ese equipo logrará ganarle a toda la generación milagrosa, era digno de admirar y presumir.

Él peliceleste se separó del abrazo que aún mantenía con su mejor amigo, caminado por la cancha hasta quedar frente a frente con él capitán de la generación.

Rojo y celeste chocaron, hundiéndose en los ojos del contrario respectivamente, en los orbes celestes se pudo apreciar la felicidad y el amor, una inmensa emoción de volver a ver esos ojos rojo granate que tanto extraño.

Akashi estaba igual que la sombra, levantó su mano a la altura de la mejilla contraria, todo esto a la vista de ambos equipos, todos los presentes pensaron que él capitán de Rakuzan iba a golpear a él muchacho frente al él, Kagami actuó rápido, comenzando a caminar en dirección a ambos adolescente.

Grande fue la sorpresa de todos cuando en lugar del esperado golpe que imaginaron, él emperador acarició con ternura la mejilla del fantasma, viéndolo con ojos bañados en amor y añoranza, él peliceleste colocó su mano sobre la ajena, disfrutando del calor que está le estaba proporcionando.

En un rápido movimiento Akashi atrajo a Tetsuya, dándole un abrazo, estrechandolo con amor, oliendo el perfume de vainilla que tanto lo caracterizaba.

Todos observaban petrificados la interacción entre ambos jugadores, tanto Seirin como Rakuzan tenían las mandíbulas en el piso, los espectadores en las tarimas veían todo con suma sopresa y un signo de interrogación en sus cabezas.

Una pelirrosa que se encontraba entre la multitud, observaba todo con una sonrisa y lágrimas de felicidad escurriendo por su rostro, a su lado un peliazul tenía la vista fija en el par de jóvenes aún abrazados, sus ojos contenían una mezcla de felicidad y celos.

La chica volteo a ver a su amigo y después de descifrar su mirada, se limpio las lágrimas y le sonrió con burla.

- ¿Celoso, Potter? - pregunto Momoi a su peliazul amigo, en su tono de voz se escuchaba la diversión que ni se molestaba en ocultar.

- Para nada. - Respondió él moreno, rodando los ojos fingiendo desinterés de lo que estaba ocurriendo.

Entre todos los susurros de los admiradores se logró escuchar un chillón grito rompe tímpanos, ante este grito ambos adolescente en la cancha se separaron, identificando de inmediato al portador de esa aguda voz.

Una vez se encontraban relativamente separados, se dieron cuenta que todos los observaban, causando un sonrojo de vergüenza al peliceleste e incomodidad en él pelirrojo granate.

Ambos regresaron con sus respectivos equipos, ganándose una mirada acusatoria de parte de estos, pidiendo explicaciones.

- Kagami-kun. - Saludó la sombra al tigre, utilizándolo como escudo se ocultó tras de éste, escapando de las miradas de su equipo.

Obviamente está acción provocó una mueca en el capitán de Rakuzan, en la pantera y en cierto modelo chillón que se encontraba escondido por ahí.

Dos días después, cuando los jugadores de Seirin ya habían tenido su merecido descanso, regresaron a la escuela, cargando con ellos el trofeo de la copa para colocarlo en la aún pequeña colección de trofeos de Seirin.

Teiko, el reino de los prodigios || KnB • HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora