𝙻𝚊 𝙷𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚍𝚎 𝙾𝚝𝚛𝚊 𝙲𝚊𝚛𝚗𝚎 𝚍𝚎 𝙲𝚊ñó𝚗

Cap 1 Tiempos De Caos

Bai Rong murió debido a una caída, su cuerpo se estrelló contra el duro suelo y así terminó su existencia.

Antes de morir él pudo apreciar el cielo, era gris sin un rastro de otro color.

El sol había decidido ocultarse, dejando que las criaturas monstruosas se arrastraran fuera de sus escondites.

Mientras caía pensó que había pasado mucho tiempo desde la última vez que contemplo el cielo, no sabia cuantos años habían pasado desde que pudo detenerse a un lado del camino a disfrutar del paisaje y sentirse tranquilo.

Bai Rong pensó que era algo ridículo que hubiera muerto por caer de un edificio cuando estaba en medio de un apocalipsis zombie.

Se dice que antes de morir vez pasar tu vida delante de tus ojos como si fuera una película, pero no fue su caso, él sólo podía pensar.

"¡ESA PERRA!".

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A finales del siglo XXI se esparció una enfermedad a nivel mundial, la mayoría no prestó atención a este nuevo patógeno, porque:

¡Por dios no era la primer pandemia del siglo!

Los síntomas eran cosas comunes como dolor de cabeza, desmayos, fiebre alta y malestar general. Hubo personas que se recuperaron y otras que entraron en coma.

Los hospitales estaban repletos de pacientes pero era imposible atenderlos a todos, los médicos tuvieron que sacar del hospital a esas personas que no mostraban signos de recuperación, para darles lugar a quienes tenían esperanza de sobrevivir.

Obviamente muchas personas se negaron a dejar morir a sus familiares y los llevaron a sus hogares esperando su pronta recuperación.

Este fue el primer error.

Los pacientes que fueron desahuciados comenzaron a despertar en un estado letárgico. A pesar de parecer conscientes no reaccionaban a ningún estímulo.

Rápidamente los familiares los llevaron nuevamente a los hospitales para que fueran revisados. Pero para su sorpresa el resultado fue que no tenían signos vitales.

Pueden imaginar el caos que esa información causó, cómo vas a creer que tu ser amado ha muerto cuando está sentado ahí observando el vacío.

Empezaron las teorías conspirativas, el gobierno quería estudiar los casos, las personas no querían ver convertidos en conejillos de indias a sus parientes.

Una multitud enardecida se amotinó exigiendo respuestas.

Este fue el segundo error.

Nadie supo en donde empezó. En todas las redes sociales y noticieros de diferentes países sólo se podía ver la misma noticia.

Los pacientes que se creían muertos comenzaron a atacar a quienes estaban a su alrededor. Desgarraban su piel con uñas y dientes. Solo podía observarse un infierno sangriento.

Debido a la alta concentración de personas y la lenta respuesta de todos, un infectado pronto se convirtieron en dos, dos en cuatro y supongo que todos sabemos multiplicar.

Las personas afortunadas que se encontraban aisladas en sus hogares sólo podían escuchar los gritos perturbadores de vecinos o conocidos afuera de sus puertas.

El ejército intentó hacerle frente a los infectados pero fueron superados fácilmente. La última transmisión de las fuerzas militares solicitaba a los ciudadanos a mantenerse a salvo, suministrar raciones, agua, y sobre todo conseguir armas.

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Bai Rong era un hombre que fue abandonado desde el nacimiento.

Lo dejaron en un orfanato a unas pocas horas de haber nacido. Con un trapo cubriendo su pequeño cuerpo del frío y una nota que decía "Bai Rong", él mentiría si dijera que no le molesta usar el nombre que escogió la persona que lo abandono.