Cap 30 Linaje

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Unos días después.

Llegó la subasta organizada por las autoridades del gobierno nacional, la corporación Xu era una empresa privada, su actividad principal era el suministro de energía eléctrica, y su mayor fuente de ingresos sin duda era la proporcionada por un parque de energía eólica que generaba casi un 10% de energía eléctrica al país, no puede parecer mucho, pero en un país con casi 1500 millones de habitantes, dejar sin electricidad a ese 10% es un gran problema.

La empresa estaba llevandose al bolsillo el dinero de unos cincuenta mil hogares.
¿Entonces? Si era una empresa con tan grandes ingresos, ¿Cómo se fue a la bancarrota?

Sencillo, una muy deficiente administración, líderes incompetentes y la intervención de alguien con malas intenciones.

No importa cuánto dinero se arroje a un foso sin fondo. Jamás podrás llenarlo por más que lo intentes, y si alguien tras escena logra soplar al oído de los que están en la cima, convenciendolos de que merecen más ingresos por su trabajo, el camino al precipicio será aún más rápido.

Desde su fundación, la empresa tomó algunos proyectos gubernamentales, y al principio los hicieron con total cuidado dando buenos resultados, pero conforme adquirieron experiencia la familia Xu comenzó a tomar más dinero destinado para dichos proyectos, llegando al punto de usar materiales de baja calidad reduciendo los costos de los proyectos.

Solo fue cuestión de tiempo para que se descubriera, y fueron demandados por robo, evasión de impuestos, malversación de fondos, además de realizar obras inconclusas y defectuosas, atrayendo a un equipo de peritaje y abogados inmobiliarios.

La familia Xu intentó rellenar los agujeros de la empresa con su propio dinero, o el que habían conseguido creando esos agujeros en primer lugar, pero los huecos eran tan grandes que era imposible taparlos, entonces llegamos a la caída inevitable de la familia Xu.

...

Bai Rong sonrío con orgullo mientras se veía en el espejo, este cuerpo se parecía en 7 u 8 puntos a su cuerpo anterior, y a pesar de que era más delicado y sus músculos eran más pequeños, tenía un extraño encanto, estaba bastante satisfecho, comer mucha proteína y hacer bastante ejercicio durante estos años había dado buenos resultados.

Dejó de jugar frente al espejo, y se puso la corbata oliva grisáceo que hacía un contraste con su camisa negra, la ajusto y luego contempló su imagen, al principio tener que usar trajes era bastante incómodo, le picaba el cuello y era algo molesta la corbata, pero después de tres años se había acostumbrado bastante a esta ropa, ahora le gustaba comprar trajes y podía distinguir el estilo con solo verlo, americano, inglés, italiano, era fácil saber cuál era de un vistazo.

Tomó el saco negro que colgaba del perchero y se lo puso, noto que se veía una pequeña marca rosa en la parte lateral de su cuello, subió un poco más su camisa asegurándose de cubrirla por completo, no pudo evitar regañar en su mente al pequeño cachorro de lobo que estaba criando.

Después de que su alfa le mostró el local del nuevo restaurante, pasaba a verlo una o dos veces al día trayendo comida o algún refrigerio, en ocasiones solo se quedaba una hora y regresaba ya que estaba preparándose para la apertura, convirtiendose en la viva imagen de una esposa virtuosa, pero por otro lado, las pocas veces que lo visitaba durante la noche eran suficientes para morder y chupar dejando por todo su cuerpo la clara evidencia de su visita nocturna, destrozando por completo su imagen devota dejada durante el día.

Sonrío algo divertido debido a las marcas que dejaba su alfa antes de irse, sentía que era como un cachorro marcando su territorio, tambien lo llenaba de sus feromonas territoriales haciendo que tanto alfas como omegas dieran un paso atrás en su presencia por la fuerte aura que lo rodeaba, sabía que lo hacía deliberadamente para que todos supieran que eran pareja, pero a él realmente no le molestaba, consideraba que su Adonis era joven e inmaduro, y tal comportamiento era sólo una señal de su inseguridad, por tal motivo como excelente pareja que era, le permitía hacer lo que quisiera para brindarle esa confianza que necesitaba.

𝙻𝚊 𝙷𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚍𝚎 𝙾𝚝𝚛𝚊 𝙲𝚊𝚛𝚗𝚎 𝚍𝚎 𝙲𝚊ñó𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora