Capítulo VI

5 4 0
                                    

BELLA  

Y si, me asusté. No entendía por qué alguien tenía que tocar la bocina junto a mi lado. Osea que necesidad. Obviamente no sería yo si me quedara callada en ese momento, que raro mi bocota; aveces pienso que tiene vida propia, por qué simplemente no lo controló enserio.

- ¡¿Que te pasa idiota?!- grite mirando al auto.

Nada...

Nadie bajaba, nadie respondía, nadie hacia nada. Continue caminando y ese estúpido auto seguía a mi lado.

Ok, en ese momento me asusté. No puedo negarlo, me iban a secuestrar eso era obvio, o por lo menos para mí.

Decidí seguir caminando, lo más rápido que pude.

- Maldito Dave, hoy si no se le ocurrió acompañarme a casa- murmure - si vivo para contarlo, lo mataré a el.

Luego de meterme por un callejón y salir en la siguiente esquina descanse, ya lo había perdido. Ahora sí tenía que matar a Dave por este gran susto, gracias a nuestro señor que no sufro del corazón por qué ya me hubiese muerto.

Lo sé, lo sé; el no tiene completamente la culpa, pero si gran parte por no ser un amigo normal y acompáñame a casa, igual me las pagará!.

Continúe mi camino a casa pero al cruzar la calle,  para mí sorpresa estaba el auto nuevamente pero está vez se me hacía imposible escapar.

Alguien me tomo de espalda, tapando mi boca, mientras que  otro se ocupaba de mantener la puerta del auto abierta y de observar que nadie viniera.

Dos hombres, uno alto y el otro un poco más bajo, eso lo pude notar porque su mandíbula estaba justo detrás de mí cabezota, pero ambos con músculos muy bien definidos hasta podría imaginar que ocultaba ese traje negro y pasamontañas.

Entonces bella basta con estas hormonas, te quieren secuestrar reacciona...

Patalie, di manotazos y también intenté gritar pero al parecer solo lograba retrasar lo inevitable, ¡grandioso mi día!. Ya estaba resignada a lo que venia.

Fue entonces cuando repentinamente, así de un momento a otro ya nadie me sostenía, cayendo al suelo solo podía escuchar una voz que me decía que corriera rápido pero creo que del susto mis piernas no reaccionaban.

Casi que inmediatamente un chico me recogió y llevo hacia su auto, en ese momento no entendia absolutamente nada, estaba en shock.

Al cabo de unos minutos el auto comenzó a andar y fue como un balde de agua fría para que reaccionara de una buena vez, y eso hice pero creo que no de una buena manera. Comencé a gritar como una desquiciada, dando golpe y golpe a todo lo que estuviera cerca.

- Oye basta, ¡detente!

Alguien grito pero no me importo, seguí haciendolo.

- ¡Coño,  cálmate!

¿Porque mi segundo secuestrador me decía así?

Rendida por el cansancio, me quedé quieta.

Lo Normal Aburre°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora