──INTRODUCCIÓN──
La leyenda del hilo rojo, ¿en qué consiste?
¿Sientes que la persona que está a tu lado es tu alma gemela? ¿O aún confías en que tropezarás con ella justo a la vuelta de la esquina? Si crees en la predestinación del amor, no te pierdas la leyenda del hilo rojo.
¿Sientes que la persona que está a tu lado es tu alma gemela? ¿O aún confías en que tropezarás con ella a la vuelta de la esquina? Si crees en la predestinación y en la armonía del mundo, debes conocer la leyenda del hilo rojo, un mito de origen oriental que vincula a las personas destinadas a amarse a través de un invisible hilo rojo, de forma que, tarde o temprano, terminarán por encontrarse.
Un hilo rojo que teje corazones
"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper". Así se resume el significado de las diferentes leyendas vinculadas al mito del hilo rojo que tiene su origen en la cultura oriental, tanto en China como en Japón.
Una de estas leyendas es protagonizada por un anciano que vive en la luna. Cada noche sale a buscar a recién nacidos para atarles un hilo rojo de forma que en algún momento posterior de sus vidas puedan encontrarse. De esta manera, el hilo sería una suerte de guía que ayudaría a las personas a encontrar el amor de su vida porque, aunque el hilo se puede estirar, nunca se puede romper.
Otra popular leyenda japonesa que explica el mito del hilo rojo nos lleva al Japón clásico:
──LEYENDA──
Un joven emperador nipón hizo traer a su corte a una misteriosa bruja con la capacidad de hacer visible el hilo rojo de la predestinación. La búsqueda de la bruja llevó al emperador a un mercado donde una pobre campesina sostenía un bebé en brazos. Enfurecido con la bruja por lo que creía una broma de mal gusto, el emperador empujó a la campesina cayendo su bebé al suelo y haciéndose una gran herida en la frente. La bruja fue condenada a muerte y el episodio se olvidó en palacio. Muchos años después el emperador debía casarse. Su corte recomendó la hija de un poderoso general. Llegó el día de la boda y el emperador pudo ver por vez primera a su futura mujer bajo el velo... mostrando una gran cicatriz en la frente.
La moraleja de esta historia es diáfana: no podemos escapar a nuestro destino, tampoco en el amor. El hilo rojo no es visible porque no necesitamos verlo, tal vez porque, como diría el poeta, los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después: debemos esperar nuestro momento, no correr a buscar nuestro destino, sino que sea el hilo rojo el que nos lleve allí en "el tiempo, lugar y circunstancia" adecuadas.
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──Historias──
Historical FictionEn este libro podrás encontrar historias de todo tipo.