Sin embargo, una vez casados, su amor ocupaba todo el tiempo de los amantes y ambos descuidaron sus tareas. Orihime ya no tejía telas para Tenkou y Hikoboshi permitía que sus vacas se desviaran por todo el Cielo. Enfadado, Tenkou convirtió a los enamorados en estrellas y los separó a través del Amanogawa (Vía Láctea), prohibiéndoles encontrarse de nuevo. Orihime se entristeció mucho por la pérdida de su esposo y le pidió desconsolada a su padre que se apiadara de ellos.
Finalmente, el Rey del Cielo se conmovió con las lágrimas de su hija y permitió que las dos se encontraran el séptimo día del séptimo mes si trabajaba duro y terminaba de tejer. La primera vez que intentaron encontrarse, sin embargo, descubrieron que no podían cruzar el río porque no había puente. Orihime lloró tanto que apareció una bandada de urracas y prometieron hacer un puente con sus alas para poder ayudar a Hikoboshi a cruzar el río y reunirse con su amor. Así sucede cada año, una sola noche en la que Orihime e Hikoboshi son libres para amarse antes de volver a sus obligaciones.
Aunque se dice que si llueve en Tanabata, las urracas no pueden para extender sus alas como puente ir y los dos amantes deben esperar otro año para encontrarse.
Pero parece que en la historia de los amantes Orihime y Hikoboshi hay un tercer personaje olvidado. Y es que este mito habla de de dos estrellas, Vega y Altair, las dos más brillantes del cielo de verano. Sin embargo, estos astros forman a su vez un asterismo con otra luminosa estrella llamada Deneb, formando lo que los astrónomos modernos denominan "El Triángulo de Verano", que puede contemplarse fácilmente en el hemisferio norte durante esta estación.
En cualquier caso, esperamos que este año Orihime y Hikoboshi hayan podido reunirse de nuevo... Aunque sea una sola noche al año.
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──Historias──
Historická literaturaEn este libro podrás encontrar historias de todo tipo.