How Deep is the Ocean - [stucky]

❝ parte tres ❞

La noche ha comenzado a caer cuando llegan a la torre. El cielo se ha convertido en una variedad de naranja y rosa, y el calor comienza a refrescarse en una cálida brisa de verano. Los dos caminan en silencio hacia el vestíbulo de la torre de los Vengadores, o al menos en silencio hasta que Bucky deja escapar un pequeño grito ahogado.

"¡Steve!. ¿Tú hiciste esto?."

Las luces de la torre se apagan, dejando el lobby completamente a oscuras. Bueno, casi. Dos filas de velas se colocan cuidadosamente en el suelo para proporcionar un camino a los ascensores. Los pétalos de rosa están esparcidos entre las velas, creando un camino perfecto. La luz blanca que emiten las velas y las flores ilumina su camino. Junto a la puerta se encuentra Peter. Está vestido con un esmoquin blanco y negro y sostiene un ramo de rosas rojas. Las mismas rosas cuyos pétalos hacen juego con los del suelo.

"Estas son para usted, Bu-Señor Barnes", dice Peter, tendiéndole el ramo a Bucky.

Bucky acepta las rosas y le lanza una mirada burlona a Steve. "Gracias, Peter", dice escéptico.

Steve le da una sonrisa traviesa y tira de su brazo, "Vamos Buck, tienes que seguir el camino."

Bucky camina adelante mientras Steve se queda atrás por un momento. Peter también tiene algo para Steve. Steve toma rápidamente la caja del anillo, le sonríe a Peter y sigue a Bucky hasta el ascensor. Hasta ahora, esto va exactamente de acuerdo al plan. Steve no puede fingir que no está ansioso por los siguientes pasos de su plan. Pero se estaría engañando a sí mismo si ignorara el vértigo que le sube por el pecho.

El elevador se abre tan pronto como se acercan. Steve lanza una mirada hacia el techo, como un pequeño agradecimiento a Jarvis, incluso si Steve no tiene idea de si pueden verlo. Cuando suben al ascensor, las mismas velas delinean el perímetro del piso y los mismos pétalos de rosa se colocan en el centro.

"Stevie", exhala Bucky. "¿Para qué es todo esto?."

"Lo descubrirás pronto Buck."

El ascensor inicia su recorrido. En medio del silencio, comienza a sonar una canción. La cabeza de Bucky se vuelve inmediatamente hacia Steve. Mientras suena la familiar apertura de How Deep is the Ocean, Bucky susurra: "Steve, esta era, esta era nuestra canción."

Lo cual es verdad. En la década de 1930, el único consuelo que la pareja pudo encontrar fue en su pequeño apartamento. Entre las interminables enfermedades de Steve, Bucky saliendo con chicas para mantener las apariencias y el futuro que se cernía sobre sus cabezas, su pequeño apartamento era su lugar feliz. Y cuando las cosas se ponían difíciles, lo que sucedía a menudo, Bucky tocaba esta canción en un pequeño tocadiscos y cantaba suavemente la letra al oído de Steve mientras se balanceaban juntos. Pero ahora, es el momento de Steve de cantar.

¿Cómo puedo decirte lo que hay en mi corazón?

¿Cómo puedo medir todas y cada una de las partes?

¿Cómo puedo decirte cuánto te amo?

¿Cómo puedo medir cuánto hago?

La canción continúa sonando y Steve continúa tarareándola cuando el ascensor suena al abrirse. Cuando salen del elevador y entran a su apartamento, se encuentran con el mismo camino de velas. Pero aquí, las velas emanan pequeñas llamas rojas, haciendo que toda la habitación brille de un tenue color rojo. Todo el mobiliario ha desaparecido o ha sido desplazado hacia un lado para dejar sitio al camino. El cual termina en un gran círculo en el centro de la habitación, y al final se encuentra una pintura. La pintura es de Bucky, para ser sinceros, una de muchas.

La pintura es una recreación de una de las fotos favoritas de Steve. Bucky está acostado en la cama, con las sábanas levantadas alrededor de la mitad del torso, dejando al descubierto su tonificado pecho. Una de sus manos cubre su rostro mientras que la otra se extiende hacia la cámara. (Steve había sido el que tomó la foto, Bucky no había estado obedeciendo). Pero la parte favorita de Steve es la cara que se asoma por debajo de las manos de Bucky. Su cabello es un desastre enmarañado sobre las almohadas, sus ojos y nariz están arrugados, y una sonrisa cegadora se esconde entre los dedos de Bucky.