II

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PROMESAS


Sí, recuerdo exactamente lo que sucedió. Y ya sé, no me falta aire. Me falta ella, aunque seguramente a ella no le faltaré. Se fue, y yo aquí sin poder decir nada, atrapado en mi silencio intentando escapar. No sé, pero las personas que más quiero, la distancia siempre se encarga en separarnos.

Ahora, mi felicidad se fue. Ahora no sé cuál es la razón de seguir viviendo.

Las noches son lentas, y los días tan cortos. Que parecen que estuvieran en contra mía para destrozarme cada una de las Horas, minutos y segundos que permanezco en esta habitación.

A la mañana siguiente después de ducharme me miro en el espejo, no me reconozco.

— ¿Quién eres? —le susurro a mi reflejo. Llego a mi cama y me siento en el borde y doy un suspiro, vi una cadena. Un dolor apuñala mi corazón. Esa cadena, la cadena que le regalé a ella por cumplir 5 meses juntos.




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