La tranquilidad corrompe mi alma. El silencio no deja de aullar en mi cabeza, mis cabellos no aguantan la brusquedad de mis manos, que quieres que piense?
Ser fuerte no es la única opción, en la debilidad conozco mis errores, tus 40 no dejan de hacerme más vulnerable.
Consuelos del pasado arremeten bruscamente con mi silencio, añoro un futuro paralelo y a la vez incierto, donde no hubiese abierto la puerta, donde mi presencia fuese más tangible.
Que efímeras fueron tus miradas, tus sonrisas, tus palabras, que efímeras fueron mis alegrías.
Me siento ausente en tu mundo. Pienso que tu no fuiste quien partió, fui yo quien huyó de ti.