Hoy como una antorcha débil que abate el viento, siento como el dolor se aplaca. ¿Debería sentirme culpable?. ¿Sería más justo si reviviera aquellos tiempos en los que tus ojos cerrados causaban que mí mundo abriera sus puertas al dolor, a la amargura, a la soledad?. ¿Acaso me he vuelto insensible, ajeno a la realidad?. En lo más profundo de mí, quiero pensar que no es la tranquilidad derivada de la indiferencia, que no me estoy sumergiendo una vez más en mí mundo fantasioso, donde la alegría y la buenas nuevas abundan.
Realmente te recuerdo y recuerdo el dolor, busco en lo más profundo de mí extraña alma y aún persiste. Días como hoy no puedo sentir tristeza, los afanes de la vida ocupan mí tiempo y pareciera que entre más me alejo de tu recuerdo recupero algo de felicidad, de aquellos momentos de ingenuidad, donde mí mundo se teñia de colores resplandecientes, de tratar de ver solo la bondad en la gente, donde la muerte no acecha tan latente, que puedes sentirla e inclusive desearla.
Días como hoy me hacen sentir culpable, deseo ser un mártir de nuevo, solo pensando en que de esta forma lograría hacer justicia a lo que alguna vez fuiste.
Hoy deseo la tristeza, aunque lo vivido me llena de amor, aunque mis memorias del pasado lejano me confortan, hoy deseo hacer lo correcto y aunque mis sentimientos no correspondan con mi razón. Solo puedo dedicarte el silencio.