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El doctor Stephen Strange era el prometido de su madre al momento en que ella falleció, llevaban más de un año saliendo y Peter lo conoció tres meses después de que comenzaron su relación. De hecho, el hombre le pidió primero la aprobación al pequeño para poder pedir la mano de su madre. Recordaba perfectamente ese día, una tarde después de su escuela el hombre de rostro anguloso y perfectamente afeitado estaba estacionado fuera de su escuela en uno de sus mejores autos. El chico al ver el auto esperó ver a su madre, pero no fue así, solo encontró al hombre apoyado en el vehículo esperando a que el saliera.

— ¿Y mi mamá? —preguntó al acercarse.

— Ella está en el trabajo, yo vine a buscarte.

— Ahh... —Peter no estaba muy emocionado de que el novio de su madre haya ido a buscarlo— ¿Salió temprano del trabajo doctor Strange?

— Pedí el día libre —comentó el hombre apretando el botón de las llaves del auto para abrirlo—, hoy es un día muy especial.

Tras un típico bip del auto sin seguro, Peter tomó la manija de la puerta y se sentó en el asiento del copiloto, rápidamente se puso el cinturón de seguridad. A veces el Dr. Strange era algo imprudente al manejar y adelantaba autos cuando no debía hacerlo, esa era una de las razones por las que la mamá de Peter comenzaba a discutir con él estando Peter presente.

— ¿Por qué es un día especial?

— Saldré en una cita con tu madre.

Peter mostró una cara de asco ante la respuesta del hombre, pero este en cambio, se rio.

— ¿Me quedaré con tío Ben y tía May?

— Probablemente.

— ¿Me pueden comprar una pizza?

— ¿Es un soborno?

— Me quitará a mi mamá por unas horas, digo que es un trato justo.

— ¿Qué tal si te llevo por un helado y luego conversamos de eso?

— Okey.

El hombre hizo andar su auto y Peter observó unos segundos al doctor esperando su autorización para poner música. El novio de su madre era muy delicado en cuanto a su auto, sus relojes y el piano que tenía en casa, incluso casi se volvió loco cuando Peter tomó uno de los trofeos que el doctor había ganado en la universidad. Con el tiempo, el niño aprendió a esperar ese leve movimiento de cabeza que significaba "puedes poner tus dedos pegajosos sobre mis cosas".

Sinceramente, al inicio, Peter y el doctor no se llevaban bien del todo. El niño lo veía como un hombre sarcástico, enojón y orgulloso que no lograba entender el gusto de Peter por Star wars, Thundercats o los legos. Además, se notaba a kilómetros que Strange hacía caso al niño más por compromiso que por un real interés. Hasta que un día, Peter le pidió ayuda con una tarea de biología y el doctor le explicó con sumo detalles el funcionamiento del sistema nervioso y como más de una vez, había tenido que hacer operaciones complicadas en el cerebro. Peter de cierta manera quedó fascinado por la inteligencia del hombre y entendió porque le ganó al jugar Operando una vez.

El hombre paró frente a una heladería y Peter bajo rápidamente del auto, cosa que causó que el doctor lo reprendiera por su imprudencia, ya que Peter siquiera se había fijado si venía algún auto o no, simplemente abrió la puerta y salió corriendo hacia la heladería.

El niño pidió un helado de chocolate mientras que Strange no pidió nada para servirse en el lugar. Se sentaron en una mesa cercana, el neurocirujano lo observó mientras que el niño comía, a lo que el castaño paro y también le quedó mirando. Había algo que no le calzaba del todo.

Peter [Spiderson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora