OCHO

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San Francisco, casa de Jeon Jungkook.

Taehyung lo observó detenidamente, mientras el menor de ambos le mostraba la nueva pluma que había adquirido para el.

No lo diría, por supuesto que jeon Jungkook no lo diría.

Pero esa pluma le había costado una semana llevando y trayendo sacos de heno para los Svenson.

Pero estaba más que feliz de darle su primer regalo a Taehyung, quien lo miraba con devoción.

Para Taehyung, estar en sintonía con Jungkook era ya en sí, el mejor regalo que podía tener.

¿Te gusta? — lo miró por fin

Taehyung se perdió en esos ojos oscuros como la noche, y brillosos como las estrellas.

Luego también se perdió en ese lunar debajo de su labio inferior.

Me encanta... — dijo enternecido de repente

Jeon sonrió bonito, y lo miró.

— Se que te gusta escribir, y confío ciegamente en que algún día serás el mejor escritor de todos los tiempos.— Taehyung subió su mano acariciando su mejilla, y de paso acariciando ese lunar delicamente, agradeciéndole a la vida por darle a alguien tan bondadoso como lo era su Jungkook.

Antes de poder si quiera reaccionar, el menor ya estaba uniendo sus labios.

Sentir sus labios sobre los suyos era todo lo que estaba bien en esa vida.

Y tal vez siempre sería lo mejor en el resto de sus próximas vidas.

Por qué no interesaba si el resto los repudiaba, o si los marginaban por ser unos ''Maricas''.

No interesaba, por qué si se tenían a ambos entonces eso era más que suficiente.

Amar, vivir y soñar.

Eso era lo que deseaban ambos.

Ambos se miraron sonriendo.

Y entre sonrojos y dulces e inocentes besos transcurrió el día.

Antes de despedirse, Taehyung le entregó una carta, como los viejos tiempos.

El otro sonrió y la guardó con prudencia en sus bolsillos.



Spring with Jaysen
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Cartas para mí amado Kim Taehyung. (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora