Capitulo 6

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—  Fue un placer hacer negocios con usted, señor Uchiha.

— Lo mismo digo.— fue su respuesta ante el apretamiento de manos.

Saliendo de su empresa, se dirige a su auto ansiando llegar a su morada.
Nadie lo esperaba, era un hombre solitario y no le molestaba.  La sabiduría de los años le trajo consigo el pensamiento de no querer a nadie con él.
Era una persona obstinada y orgullosa, un empresario de alto rango. Aunque quisiera (y no es que quisiera, claro esta) en su vida no entraba la idea de nuevas personas a su vida.
No creía en el destino ni mucho menos en las casualidades, o eso creyó hasta que vio un auto blanco parado al costado de la carretera lo que llamo genuinamente su atención. Sin motivo, bajo la velocidad como un instinto mayor a él. Dos figuras reconoció, pero especialmente una llamo su atención: el cuerpo de una mujer de espaldas que intentaba ayudar a un hombre mucho más grande que ella.
Pudo reconocer inmediatamente al mencionado, el pelo blanco y piel bronceada no era algo que se veía cotidianamente. 
Antes de pasarlo, sus ojos posaron rápidamente por la chica, capturando un rostro angelical con un pelo negro azabache hasta las caderas.

¿Qué hacía una mujer hermosa con Jiraiya?

Hizo una mueca de desagrado y se limito a pensar demasiado. Sintiendo una molestia indescriptible por aquello.

"No me concierne", pensó intentando sacar aquel rostro de su mente, bajando su ventanilla para que el aire frío choque contra su cara.

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Jiraiya miro al cielo agradeciendo, lo que había llegado era un mismisimo ángel para ayudarlo con su dramática vida.
Fue una sorpresa para él saber que ella era una fan suya y que al ver aquel pelo poco inusual en la noche le fue inevitables no poder parar a comprobar.
Recibio varias reprimiendas de parte del mayor, quien chasqueaba su lengua sin creer su comportamiento.

— Tss, no tienes que parar cuando ves a un extraño, niña.— volvio a retarla por dilesima vez en el transcurro del viaje.

La chica se ofreció a llevarlo a su casa y Jiraiya  noto por su timidez que no era ningún acosadora, muy ingenua para hacerlo, aun sabiendo que las apariencias engañan su sentidos no fallaban a la hora de juzgar a una persona.

— L-lo siento, Jiraiya-sama.— susurro en un débil tartamudeo.

— Yaya, no lo vuelvas a hacer.— murmuró y despeino los pelos de la chica a su lado, recibiendo una sonrisa que no paso desapercibida por Jiraiya.

Tras regaños y preguntas, el viaje se hizo agradable. Para Jiraiya fue interesante conocer la vida de una lectora que lo apoyaba desde sus inicios. Ahora sabía su nombre y era Hinata Hyuga, se sorprendio a reconocer, se encontraba con la heredera de la empresa aglomerada Hyuga.

Estudiaba administración de empresas y estaba en 2do año, también tenía su pequeño emprendimiento que aun no se lo animo  mostrar a su padre por miedo a recibir una desaprobación de él.

— No toda tu vida estara tu padre para controlarte o decirte que cosas tienes que hacer y están bien, Hinata.— dijo el mayor suavemente,— Tienes espíritu y tienes que mostrarlo. En el mundo que vives, las mujeres son tomadas como débiles, demuestra que eres mejor que esos estupidos patanes.

La chica estaciono su auto en la puerta del gran edificio, sonrió al escuchar aquellas palabras y determinación junto a pequeñas lágrimas se gravaron en sus ojos.

— Muchas gracias por el consejo, Jiraiya-sama.

— Espero encontrarte en algún evento, Hinata.

Estando ahora tranquilo gracias a la agradable charla, los pensamientos de Orochimaru no aparecieron hasta que entro a su hogar, sin saber cuando fue la última vez que estuvo.

Se dispuso a tomar un baño y pedir comida rápida para ir comiendo mientras leía todos los mensajes que le habían dejado sus "amigos"  y manager.

Decidió contestar luego, cuando este aburrido y quiera escuchar los sermones de los 3 contactos.

— Agh, fue un día agotador.

Se dispuso a dar comienzo al ramen mientras veía un programa de comedia que al terminar fue cambiado por noticieros. Al no gustar volvió a cambiar los canales hasta encontrar uno de su agrado.

Su mente se sometió a un trance recordando a Orochimaru, el hombre que se encargaba de desquilibrar su paz.
Fue ahí donde decidió emborracharse y  fumar un porro que le había regalado un fan hippie.

Agradecido con él de arriba, sonreía feliz y mandando a joder a su amor fallido.

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Pasaron días desde que lo mandaron a investigar pero en ningún pudo encontrar algo. Día y noche adentro de un auto, comiendo y sin bañarse hace 6 días.

Nadie aparecía en el departamento y su jefe no tolerará que llegue a la comisaria sin ni siquiera una pizca de información.

Iba a cerrar sus ojos, dispuesto a dormir por unos segundos hasta que las luces de un auto alumbraron la zona sin circular. Se escondió en su asiento, bajando el respaldo para que no lo vieran y un sentimiento de alivio y sastifaccion lo envolvió a ver al escritor famoso bajar de un auto siendo manejado por una mujer.

Agarro su cámara y la enfocó, no dudo en sacar varias fotos de toda la situación. Hoy iba a dormir cómodo y limpio, una pequeña sonrisa de victoria se visualizo en sus labios.

Sin perder su tiempo mando las fotos a su jefe y al recibir la orden de que vuelva, no tardo ni segundos en prender el auto e irse de aquel lugar. 

Lo hago por él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora