𝗪𝗥𝗢𝗡𝗚 𝗡𝗨𝗠𝗕𝗘𝗥 • Peter Parker

14. the videocall

—creí que no ibas a responder— escuché la voz de Peter.

Mi corazón latía al mil por hora, estaba nerviosa, ¿quería verlo de verdad?

—Deva, no te veo.

—espera un segundo.

Salté de la cama y justo me puse frente al espejo, considero que me veía normal, aunque tenía un poco de rímel corrido, y el cabello un poco desordenado... Dios, que asco daba.

—¡Baker!

—¡ya voy, Peter!

—de acuerdo— bufó, reí al escuchar como Peter comenzaba a cantar una canción infantil.

Me miré de nuevo al espejo y suspiré, ¿qué podría perder?

Me armé de valor y tomé el celular, me senté y posicioné el teléfono a manera que vieran mis ojos y parte de mi frente.

—te vez rara.

—wow, Peter Parker, el rey de los halagos.

—¡no, no, no!— lo escuché reír. —esa no era mi intención, te lo juro.

—lo que digas, arañita.

—tu voz es diferente a como la imaginé.

—¿diferente malo, o diferenre bueno?

—bueno, muy bueno— a través de la pantalla pude ver una pequeña sonrisa, muy linda. —relajante.

—me sonrojas, Peter— reímos. —disculpa por mandarte al basurero.

—¿con un simple perdón crees que se arreglará?— asentí. —Pues no.

—te acepté la videollamada, ¿qué más quieres de mí?— hubo un silencio, no sé cuántos minutos pasaron, solo vi que su sonrisa no desapareció en ningún momento.

—sal conmigo.

Aquella propuesta me dejó helada, no mentiría si digo que casi se me cae el celular, pues mis manos comenzaron a sudar. ¿Por qué me ponía tan nerviosa?

—¿hola?

—sí— respondí.

—¿sí?

—sí, salgamos.

—¿d-de verdad?

—muy de verdad— Peter volteó la cámara, haciendo que la imagen quedara completamente en negro y solo escuchaba pequeños susurros poco entendibles.

—de acuerdo.

—de acuerdo— el silencio se hizo presente una vez más, pero no era para nada incómodo.

Poco después, Peter comenzó a platicarme muchas cosas, y poder ver su rostro mientras lo hacía era una experiencia inexplicable.

Ya había visto algunas fotos de él, pero verlo moverse, escucharlo reír mientras sus ojos se cerraban por la misma causada, no podía sentirme tan emocionada.

Peter Parker se había convertido en una gran amistad, era la única persona con la que podía hablar, la que me hacía reír, Peter era... único.

—me gustan tus ojos— lo escuché decir. Sonreí inconscientemente.

—son hipnotizantes, ¿cierto?

—calla Baker— sonrió. —déjame verte bien.

—tendrás que esperar hasta que salgamos.

—¡no es posible!

—es la regla— murmuré, Peter solo bufó sin dejar de ver la cámara. Sentía que me veía directamente y eso me ponía nerviosa.

—estaré contando los días para verte, dev.

Mi corazón se detuvo por un instante, odiaba el sentimiento que este chico provocaba en mí, principalmente porque no lo conocía en persona, y porque tampoco estoy dispuesta a que todo termine mal. Pero de algo estaba segura, Peter Parker había llegado a mi vida para quedarse en ella, y esperaba que así fuera.