Prólogo

69 2 2
                                    

Asami:

Primero lo primero, vivo en una comunidad de villanos y aunque nadie de mi familia lo es, tampoco soportan a los héroes. Vivo con mis padres, bueno, mi madre y mi padrastro que se están divorciando, mi hermana, su asqueroso marido, mi pequeña e inocente sobrina y mi pekinés Kuro. ¿Los koseis de mi familia? Pura mierda, mi mamá secreta aceite de sus manos cuando se enoja, mi padrastro tiene ojos de reptil, mi hermana brilla, su marido puede convertir sus manos en el material que toque y mi sobrina aún no tiene. ¿El mío? Megamind y es la puta hostia, ya que obtuve del lado de la familia de mi padre el combo completo de teles, o sea telekinesis, telepatía y teletransportación.

¿Mi relación con mi familia? De mal en peor. Mis padres apenas y tienen tiempo de saludarme entre pelea y pelea, mi hermana, bueno, básicamente se pasa el día diciéndome lo fea que soy, al contrario de su marido que no se cansa de recordarme lo buena que estoy, lo hermosa que soy y lo que desearía hacerle a mi cuerpo. Mi sobrina y mi perro son los únicos miembros decentes de mi hogar. Ella tiene tres años y es mi vida.

Entonces… ah, mi comunidad, ¿cómo olvidar tan maravilloso lugar? peleas por todos lados, tipos gritándome cosas, mujeres odiándome, en fin, lo mismo que en casa, pero a lo grande. A excepción de mis mejores amigos los gemelos Kai y Sei.

Hace un año que estudio en UA y nadie lo sabe, no sé ni cómo lo he hecho, pero he logrado balancear mis dos vidas y ya soy toda una experta. A finales de las vacaciones conocí a mi padre biológico, muy guapo, hay que reconocerle a mi madre que aunque sea tuvo buen gusto para escoger con quién traicionar a mi padrastro.

Claro que tampoco es muy difícil ver que soy fruto del adulterio, ya que todo, absolutamente todo excepto mis ojos verde claro cristalino lo saqué de mi papá, mismo cabello castaño lacio, piel blanca cremosa, hoyuelos al sonreír, mis inexplicablemente geniales koseis… más claro ni el agua.

Además de conocer a mi padre, también descubrí que tengo una abuela, un abuelo y dos tíos, mis abuelos vivían en una casa que hacía unos tres años habían empezado a alquilar uno de sus cuartos y no habíamos tenido la oportunidad de conocernos frente a frente porque mamá me lo prohibía, lo que no les impedía llamarme diariamente o acosarme por las redes sociales. Cosa que, y nunca escucharon esto de mi, me hace muy feliz.

Esta historia es un regalo a todos aquellos que me han pedido que publique otra historia de Aizawa. Disfruten y comenten qué les parece. 😘

Aquello que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora