Capítulo 8

1 1 0
                                    

POV Katsuo

Desde que descubrí que tenía una hija mi vida había dado un vuelco. Asami era todo lo que un padre querría: era buena, valiente, inteligente, fuerte y hermosa; y por ello, no quería que fuese una heroína, no quería que perdiese su vida por salvar a alguien que probablemente ni siquiera conozca, pero era su sueño y su decisión y decidí respetar eso. Luego, un año después de conocernos, casi muere protegiendo a su familia y no podía dejar de pensar qué podría hacer yo, un simple modelo, para proteger a mi hija, así que recurrí a la persona que sí podía.

-¿Puedo pasar?- pregunté desde la puerta de mi antigua habitación.

-Claro, siéntate- asintió el pelinegro señalándome su cama- creo que no nos han presentado formalmente, soy Aizawa Shota, profesor de tu hija en UA y prohéroe.

-Fujimura Katsuo, el hijo ausente de los viejos, padre ausente de tu alumna y modelo profesional- sonreí ante su cara tan seria.

-Un placer- asintió volviendo a trabajar en su computadora- ¿qué quieres saber?

-Quiero saber... ¿qué es mi hija para tí?- pregunté haciendo que sus manos se detuviesen en el teclado sin saber cómo continuar.

-Nada de lo que Sei dio a entender es verdad- dijo retomando su trabajo.

-¿Puedes mirarme cuando me respondes?- pregunté, al parecer, irritándolo porque flexionó las manos un par de veces antes de girarse con una mirada inexpresiva.

-¿Qué quieres?- preguntó frunciendo el ceño, lucía aterrador.

-Sé que quieres a mi hija mucho más de lo que un sensei debería querer a su alumna...

-No es verdad- me interrumpió totalmente enojado, debo admitir que mis piernas agradecieron estar sentado.

-No importa lo que digas, o quieras creer, si tus ojos dicen lo contrario- negué con media sonrisa, aunque en realidad quería salir corriendo.

-...- suspiró y luego añadió- nunca va a pasar nada, si es lo que quieres escuchar.

-De hecho, no- dije sobándome la cabeza, ¿cómo le decía al tipo?, esto era incómodo.

-¿Qué?- preguntó con la expresión de incredulidad más clara que he visto en mi vida.

-Mira, Aizawa, he estado ausente 17 de los casi 18 años de vida de mi hija, y aunque no pretendo dejarla hacer cualquier cosa con su vida, tampoco quiero ser un tirano, con que ella esté segura y feliz, ya tengo más que suficiente, además, Asami no es una niña, sabe lo que hace y aunque a mi parecer eres... ehm... incómodo de mirar, ella te mira con brillitos y estrellitas en los ojos, y eso es algo que no puedo ignorar.

-¿Me vas a decir que no te importa que tu hija salga con un tipo mucho mayor que ella, que además es su profesor, siempre está de mal humor y es feo como el demonio?- preguntó alzando una ceja con una clara mirada de "no te creo una palabra".

-Sí eres feo ¿no?- sonreí divertido- pero, sinceramente, quien te va a mirar y soportar es Asami, no yo.

-Estás loco- sentenció el pelinegro cruzándose de brazos.

-Tal vez- reconocí- o tal vez solo soy un padre que quiere lo mejor para su hija.

-Aunque eso quieras y suponiendo que yo quisiera, no puedo- gruñó- nuestra relación actual es de profesor y alumna, aunque fuese de mutuo acuerdo, ambos fuésemos mayores de edad y las familias diesen su consentimiento, aún Asami podría ser expulsada y yo podría perder mi trabajo o peor, terminar preso- fui a replicar, pero me detuvo añadiendo- pero no te preocupes- miró al suelo y luego me miró directamente a los ojos- preferiría morir que dejar que le hagan daño, siempre la voy a proteger.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Aquello que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora