Capítulo 3

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POV Asami

Me levanté con la espalda algo dolorida por los acontecimientos de ayer, me miré al espejo y tenía el labio partido, me arreglé un poco y realicé la misma operación de ayer. En el metro alguien me rozó la espalda y se sintió como un martillo.

-Lo siento- dijo un chico rubio que llevaba el uniforme de UA- oh, tú también vas a UA, soy Mirio Togata, estoy en tercero y tú?- preguntó risueño el muchacho.

-Soy Ryuko Asami, estoy en segundo, mucho gusto- respondí tratando de forzar una sonrisa.
Más tarde llegamos a UA y el chico me dejó frente a mi clase, por suerte nadie nos vio, o alguien podría pensar cosas equivocadas.

-¿Ryuko, por qué no has entrado todavía a clase?- escuché la voz del sensei desde atrás.

-Yo… acabo de llegar- respondí observando lo diferente que se veía a ayer en la cafetería.

-¿Qué te pasó en el labio?- preguntó acercándose.

-Nada, ayer me caí en el baño de casa y me di contra el lavamanos… no es nada- dije sin poder mirarlo a la cara.

-Digamos que te creo, ¿por qué llevas un abrigo en un día tan cálido?- inquirió nuevamente el pelinegro.

-Es que amanecí un poco resfriada, eso es todo- mentí nuevamente.

-Claro, y… ¿cómo explicas el moretón de tu muñeca?, espera, no me digas, la ducha vio que te ibas a caer y trató de sujetarte- dijo Aizawa sonando severamente irritado.

-Yo… no fue nada, ni siquiera me duele- dije tratando de safarme.

-Vamos, te llevo a la enfermería- sentenció y me agarró del hombro, tocando un punto sensible en mi espalda que me hizo encogerme de dolor- ahora sí no vas a poder safarte.

POV Aizawa

La culpa le salía por cada poro de su cuerpo y era una terrible mentirosa.

-Sensei, no llame a mis padres, por favor, es lo único que le pido- murmuró la chica con el rostro contraído.

-Ya veremos- dije entrando donde Recovery.

-¿Qué pasa Aizawa?- preguntó la viejita apenas llegamos.

-Necesito que le cures unos golpes, revísale la espalda también- mandé con voz perezosa y me senté a esperar.

-¿Aizawa?... ¿Puedes pasar un momento?- preguntó la viejecilla con voz vacilante, lo hice y lo que vi me asustó, tenía moretones por toda la espalda y costillas, algunos nuevos, otros menos recientes.

-¿Ryuko?- pregunté sentándome junto a ella en la camilla- ¿quién te hizo esto?- pregunté pasando mis dedos suavemente por los moretones, y era lo que me temía, eran marcas de puños- dime quién fue Ryuko.

-No fue nadie- sentenció girándose para mirarme de frente, dándome una perfecta vista de su sujetador y sus pechos, pero un moratón en su barriga fue lo que me hizo estremecer.

-Ryuko lamento decirte esto, pero eres una muy mala mentirosa, sé que lo hizo alguien y necesito saber quién para poder protegerte- sentencié haciendo que ella mirara hacia otro lado.

-No puedo sensei... no puedo- murmuró tristemente la chica.

-Fueron Kai y Sei?- pregunté con la mandíbula desencajada.

-NO, ¿de dónde saca eso? Ellos serían incapaces de tocarme tan siquiera un pelo- sentenció todavía con la mirada triste.

-Estoy seguro que a Kai le gustaría tocarte más que un pelo- dije en tono de broma, pero sin reírme.

Aquello que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora