Vida nueva

Oscuridad

No se me ocurrió otra cosa que llamar a mis tios. Eran los únicos que me apoyaban. (O eso creía).

--Tio, que tal, soy Kevin- dije con alegría

--Yo no conozco a ningún Kevin - dijo el con duda

-Si tío, tu sobrino.

--Yo no tengo sobrinos, lo que hizo mi único sobrino, ni me importa, ni tiene perdón-

Y colgó. Se había desentendido de mi. Entonces llamé a mi abuela.

-Hola abuela, que tal, ¿Sabes quién soy?- dije otra vez con alegría.

-Emm, si, si, cariño, cómo estás? Espero que mejor de como entraste hace estos años-- dijo alegrada

-Oye, puedo ir a pasar la noche contigo? Es que mi casa la han ocupado- dije triste.

No la habían ocupado, directamente habían robado en ella.

-Claro cariño, vente cuando quieras, pero cuanto antes, mejor- me dijo contenta

Enseguida colgué y me dirigí a su casa. Llegué enseguida. Solo eran 10 minutos andando. Llamé al timbre y me abrió. Por fin, mi abuela, una señora de 80 años, con la salud mejor que un adolescente de 17 años. Entré y me dijo que si quería comer. Comimos sopa con solomillo. Estaba muy bueno, todo lo que hacía mi abuela estaba muy bueno. Me dijo que al día siguiente era la comunión de mi primo Mario. Toda la familia estaba invitada.

Al día siguiente, llegamos a la iglesia a las 11:30. Mi primo no me saludó (creo que no me conocía) y todos los invitados pasaban de mí. La misa acabó a la 13:00 y llegamos al restaurante. Estaba ubicado en la playa, donde antes había un parque acuático. Nadie me hacía caso, solo mi abuela.

Rato después, a lo lejos ví una chica muy guapa, tenía el pelo largo de color negro, era alta y llevaba un vestido verde con tacones blancos.