Casa

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No se me ocurrió otra cosa que entrar en la casa. No había nadie. Fui a la cocina directo para ver si había comida. Y sí, estaba la nevera llena. Fui al baño, estaba súper limpio. Entre a la única habitación que había, lo raro era que no tenía ventana y que la habitación era de otro estilo a la casa. Pero me dió igual y entré. En el escritorio había una nota. En la nota habían escritas unas palabras.

Hola, bienvenido Kevin. Sabía que ibas a entrar, así que aquí estoy contigo para cuidarte hasta que no puedas más. Girate, ah y ten cuidado con la puerta es muy traicionera

Lo primero que hice después de la nota fue pensar -¿Que?- Y enseguida miré a la puerta.

-Hola, veo que has podido escapar, creía que te ibas a congelar y a pudrir ahí dentro, aunque bueno, aquí estarás también muy bien- dijo Yolanda, seguidamente cerrando la puerta.

Escuche como cerraba unos cerrojos, escuché unos 5. Y empecé a gritar.

--Ayuda, ayúdenme, socorro- gritaba sin parar-

Ella se fue a una sala donde tenía muchos mandos y un micrófono.

- Grita todo lo que quieras, la habitación está insonorizada. Nadie te podrá oir. Pero bueno. Ah, dentro de nada te dormirás. Otra vez.- Y empezó a reírse.

Enseguida una especie de gas empezó a salir por unos conductos de la habitación. Sentí que me dormía. Y me caí al suelo. Rato después me desperte en otra sala. En la que habían celdas. Vi una señora que estaba tumbada en el suelo encerrada, lo que pasa es que veía borroso por el gas, ya que era lacrimógeno, y no la pude distinguir. Se escuchó su voz, no entendí muy bien lo que dijo.

- No la reconoces Kevin? Es de tu familia la única que te hace caso- intenté escuchar.

Abrí la celda como pude, me acerqué y entré.

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