Vida nueva

Funeral Y Muerte

Entre en la celda. La mujer estaba tapada con una sabana de cuello hacia bajo. Me acerqué para ver quién era.

Enseguida me vine abajo. Era mi abuela, amortajada y tumbada. Cuando Yolanda desde la sala de cámaras me vió empezó a hablar.

- Aja, así que esta es tu abuela, ja ja ja. No lo sabía- dijo con tono malvado

- Por que le has hecho eso, ella no tenía la culpa de lo que yo he hecho- le dije llorando.

- Si tú eres el culpable de la muerte de mi prima, tú alrededor también. Bueno, felices sueños.

Volvío a soltar por los conductos el gas que hacía que la gente se durmiera.

Se despertó en el cementerio. El féretro de su abuela estaba ya en el foso. Estaban echando la tierra para enterrarla. Kevin gritó y se tiró al foso con tan mala suerte que la figura del Jesucristo crucificado que sobresalía del ataúd, se le clavó en el abdomen. Lo sacaron y Kevin se fue.

Por el camino se fijó que dos hombres musculosos y con pinta de mala gente le seguían. Le preguntó que querían. Pero no le dijeron nada. En un abrir y cerrar de ojos le pegaron un puñetazo en la mejilla. Hizo que se cayera al suelo. Enseguida empezaron a pegarle patadas en el abdomen. Y le dispararon con un arma en la espalda. Y se desmayó.

Días después se levantó en el hospital, intubado, sondado y con suero. El suero le entraba por la nariz, directamente al estómago. El color del suero era amarillento. Entró una enfermera y le midió la temperatura, le quitó la sonda y el tubo del aire.

Le dijo al oído que si la cerveza estaba buena. Le ato de manos y de pies. Y se fue. Se durmió y despertó en otra habitación, le empezó a doler el abdomen y empezó a vomitar. Llamó al botón de emergencia y enseguida llegaron los médicos.