Daniel

Capítulo 2

No me da tiempo a responderle, ya que mete gas y, a la que vuelve a sonar el silbato, salen todas las motos disparadas, rugiendo sin parar. Acto seguido, lo único que noto es que mis piernas se enredan automáticamente a la cintura de Daniel, y mis brazos a su cuello. Mi cuerpo encaja perfectamente con el suyo y, aunque parezca todo lo contrario, estoy cómoda. Y sé que él también, lo noto en su cara.

En una de las curvas tumba tanto que pienso que nos vamos a caer y todo, y es justo ahí cuando adelantamos a Ari y a Alex. Creo que vamos terceros. Creo, porque mi inseguridad no me da muchos ánimos para mirar al resto de participantes.

Noto como acelera, y como la moto tiembla debajo mío, lo que hace que yo me aferre más a Daniel. Noto como se ríe, dejándome en claro que no está yendo al cien por cien. Cuando uno va al cien por cien encima de una moto, solo se fija en la carretera y no se da cuenta de nada más.

Gira en otra curva, adelantando a otro.

Quiero que esto se acabe ya. No confío en él. Es un completo extraño para mi, y encima voy en esta posición, encima de su moto, a unos doscientos kilómetros por hora.

Noto como en una curva le derrapa un poco la rueda de atrás, pero rápidamente vuelve a tomar el control, lo que hace que no nos caigamos.

Unos diez minutos más tarde, frena en seco cuando ya ha cruzado la meta. Por fin se ha acabado esto.

-Ya puedes soltarte. - Susurra en mi oído. La moto ya está apagada y ni me he dado cuenta.

-Mierda, lo siento. - Me despego de él.

Cuando él se incorpora, sentándose encima de su moto, me incorporo rápidamente, haciendo que deslice por el depósito, cayendo justo encima de su paquete. Mierda. Trago saliva en seco y le miro a los ojos, sin saber qué hacer.

-Me encantaría seguir así, princesa, - Me mira de arriba a abajo. - pero hemos ganado y tenemos que subir al "pódium". - Hace comillas con los dedos.

-Lo siento, mierda, lo siento. - ¿Por que se me va toda la seguridad que tengo en mi misma cuando estoy delante de este hombre?

Intento bajar de la moto como puedo, pero Daniel me detiene. Me coge de la cintura y me baja de la moto como si bajara a un cachorrito, como si no pesara nada.

Le sigo en silencio mientras veo como todos le saludan y le dan la enhorabuena. Pasamos por un grupo de gente, notando como Daniel me mira de reojo de vez en cuando para saber que le sigo, y llegamos a lo que es el pódium, que son como una especie de rocas cuadradas, una más grande que otra.

Subimos a la más alta y miro quien ha quedado segundo y tercero. En la segunda posición hay una pareja la cual nunca en mi vida había visto, demostrando el amor que se tienen delante de todo el público, y en la tercera roca están Alex y Ari. Ari me saluda disimuladamente.

-Bueno, comenzamos entregando el magnífico premio a los que han quedado en tercera posición. - Comienza a decir un chaval a través de un micrófono. - Aquí tenéis. - Les entrega una botella de 43 del caro bastante grande, lo que me hace recordar que yo aun no he probado ni una gota de alcohol. - A vosotros, que habéis quedado segundos, os toca esta botella. - Les da una botella de ron del mismo tamaño que la del 43. - Y, a vosotros, - Nos mira a Daniel y a mi. - os toca esto. - Me entrega una botella de vodka del mismo tamaño que las otras dos, lo que hace que se me iluminen los ojos. Amo el vodka. - Y ahora, ¡a disfrutar!

Empieza a sonar música por todas partes, y la gente se va acumulando y va bailando. Bajo de la roca y abro la botella, llevándola a la boca y bebiendo a morro.

-Pero si la princesa sabe beber. - Ronronea en mi oreja Daniel.

-Cállate y déjame beber tranquila. - Ruedo los ojos y vuelvo a llevarme la botella a la boca.