Miro el móvil. Las tres de la mañana. Me acabo de acabar la serie. Pues si que enganchaba la puta serie.
No tengo sueño, y no se que hacer. Me he agobiado de mirar todo el rato a la pantalla. Pero son las tres de la mañana, mucha cosa no puedo hacer. Dios mío, me voy a morir. Que estrés. Y eso que no estoy haciendo nada estresante.
Justo cuando todas mis esperanzas empiezan a decaer, el sonido de mi móvil avisando que tengo un nuevo mensaje me anima. Lo miro rápidamente y veo que es Ari. Sonrío.
Y, por si os lo estáis preguntando, hablo con más gente, sí, pero diariamente solo con Ari y Alexia. Con el resto hablo a ratos.
Ari amooor
Alex
Ari amooor
Estás despierta?
Yo
Si
Yo
que pasa?
No recibo respuesta, pero a los pocos segundos veo que me está llamando.
-Hola. - Saludo.
-Tía. - Escucho como ríe tontamente. - Acabo de llegar a mi casa. - Suelto una carcajada. Ya se por donde van los tiros.
-Has estado con el chico ese, ¿verdad? - Vuelvo a reír, pero esta vez por la nariz.
-Sí, tía. - Se queda un rato callada, como si estuviera recordando. - Es que, en serio, Alex es un amor.
Oh, oh.
-Tía, no me jodas, ¿eh? - Suelta una carcajada.
-Lo siento. - Puedo notar desde aquí cómo se encoge de hombros con una sonrisa en la cara. Como si no la conociera.
-Tía, que lo acabas de conocer. - Bufo. - No te puede gustar.
-Es que, tía, tú no sabes lo bien que hemos congeniado. - Empieza a derivar, a lo que yo desconecto completamente de la conversación. Siempre es la misma historia.
Esta chica será todo lo perfecta que tú quieras, pero lo malo que tiene es que es muy risueña y muy enamoradiza. A la mínima que conoce a alguien que le presta algo de atención, se enchocha. E incluso cuando Alexia o yo le contamos algo que nos ha pasado con algún chico, ya nos está diciendo que le gustamos a ese chico y que acabaremos con él. Un show, vaya.
Lo malo de esto es que ella siempre quiere ir a más. A ver, no siempre, pero con los chicos que le han gustado bastante pues si. Y no precisamente han sido pocos. ¿Y luego quien se tiene que comer las ralladas y los llantos? La menda aquí presente. Pero claro, no le puedo decir nada, básicamente porque no hace ni puto caso. Y pues ya estoy harta. Así que lo único que puedo hacer es abrazarla y decirle que todos son unos cabrones. No puedo hacer más.
-Por cierto. - Vuelvo a escucharle. - ¿Qué es eso de que le has vuelto a partir la nariz a Daniel? Es que no he podido preguntarte antes porque estaba un poco liada. - Suelta una risita tonta. Ruedo los ojos por el chiste de mierda que acaba de hacer. Se merece la muerte solo por eso.
-Me tocó demasiado los cojones. - Me encojo de hombros. Suelta una carcajada.
-Pero, tía, contrólate un poco. - Vuelve a reír. - A ver, ¿qué ha hecho esta vez?
-Entrar en mi habitación e intentar intimidarme. - Vuelve a reír.
-Tía, ¡le robaste la puta moto! - Grita riendo otra vez. Esta chica no para de reír, y me está poniendo de los nervios.
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Daniel
Teen Fiction¿Qué pasaría si, de golpe y porrazo, te enteras de que estás viviendo una mentira y que la verdad es mucho más cruda de lo que tú te pensabas? ¿Qué pasaría si, de un día para otro, las circunstancias te obligan a cambiar toda tu vida por completo?