Capítulo 10

50 12 0
                                    

10. "Prisionero del rencor"

-
-

»Pero el tiempo no puede sanar lo que nunca reconocerás«

-
-

Espero a Nova por bastante tiempo, dentro del auto. Espero a que salga del departamento de Hainix. Desde hace dos meses venían saliendo formalmente, me alegra verla feliz, pero algo me tiene inquieto.

Podía ser solo algo mío, después de todo; cuando pasas mucho tiempo dentro de este mundo donde todo es sangre y muerte.

Puedes quedar bastante paranoico, no puedes evitar pensar que después de la tormenta viene la calma, pero que después de esa calma tan ansiada viene el clímax. Y que puede ser un clímax que no le haga justicia a todo lo que pasaste, todo lo contrario, puede ser uno que te cobré todo lo que hiciste.

Miro mi reloj en mi muñeca, marcan las diez en punto. Si Nova no se apresuraba llegaríamos tarde a su casa y Long se enojaría, a él no le agradaba verla llegar tarde.

Tomo mi teléfono, le daría cinco minutos más. Si no salía la llamaría, puede que ella sea quien llega tarde, pero el regalo termina siendo mío por ser el encargado de su bienestar.

Por suerte la miro salir del edificio en compañía de Reimon, él no me caía del todo bien. Pero solo porque no confiaba del todo en su supuesto enamoramiento por ella.

Se despiden con todos sus mimos, trato de ver hacia otro lugar. Me revolvía el estómago ver a las personas tan afectuosas entre sí. Momentos después la escucho abrir la puerta del auto y subirse.

—¿Cinturón? —La miro por el espejo.

—Listo, podemos irnos.

—Bien. Podrías haber salido un poco más temprano, ¿No crees?

Pongo en marcha el auto, ella va con una sonrisa y una felicidad que hasta a mí se me hace difícil estar enfadado por hacerme esperar.

—Lo siento, Murdo. Solo es que el tiempo a su lado me parece insuficiente.

—Eso es lo que dicen los enamorados.

—¡Vamos! ¿Acaso no te has enamorado alguna vez? Nos conocemos desde que éramos niños y nunca he sabido acerca de eso.

—Nova no me gusta la gente.

—No te estoy entendiendo, Murdo.

La miro de nuevo por el espejo, ella tiene el labio levemente fruncido y me mira, mejor dicho, mira mi espalda. Se que espera una respuesta. Y sé que se la merece, ella me cuenta todo... Me tiene una confianza increíble.

—No siento nada por las personas, me refiero a que el sexo está bien. Lo disfruto, pero no hay nada emocional. ¿Eso es normal?

—¿La verdad?

—Siempre.

—No, no es normal. Pero supongo que no nacimos para ser normales.

—Esa es tu mejor respuesta, ¿Eh?

—Para nada, la mejor respuesta que puedo darte ahora mismo sería: que está bien no sentir nada, no estamos obligados a tener emociones por cada persona con la que llegamos a interactuar. Dices que disfrutas del sexo, no eres asexual o talvez si, solo que de un tipo diferente. Pero no estás mal solo por no sentir. Puede que no sientas amor cuando ves a una chica, pero eso no importa. ¿Que sientes por mí?

—Cariño, nostalgia. Cuando tú eres feliz yo también lo soy, pero solo es porque he pasado mucho tiempo contigo. Casi una vida entera. Pero nunca te he llegado amar como talvez tú amas a Reimon Hainix.

Amores que matan [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora