Capítulo 4 : Jiang Yanli

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"Fue sólo un poco de coqueteo inocente, lo juro", dice A-Xian mientras ayuda a Jiang Yanli a preparar los juegos. "Pero salió corriendo como si me hubiera comido a su conejito mascota".

"Te dije que te odia", responde Jiang Cheng y reajusta el montón de latas que van a servir de diana para lanzar las bolas.

A-Xian hace un puchero. "Lan Zhan no me odia". Sus cejas se juntan. "Nunca lo dijo".

"Solo porque tiene buenos modales", refunfuña Jiang Cheng. "Tampoco dijo nunca que fuera tu amigo, ¿verdad? Vamos, Wuxian, todo lo que hacían en la escuela era competir entre ustedes".

Wei Wuxian se endereza como si se le hubiera ocurrido una idea repentina, hay una chispa peligrosa en sus ojos que hace saltar todas las alarmas de hermana mayor en la cabeza de Yanli.

"Así es", dice. "Quizá tenga que demostrarle que todavía soy lo suficientemente bueno, que sigo siendo su igual". Agarra una de las bolas y la lanza, haciendo caer todas las latas.

"¡Wei Wuxian! Acabo de armar eso". A-Cheng grita y lanza una bola directamente a la cabeza de A-Xian.

"Lo siento, yo las recogeré", dice A-Xian entre ataques de risa y se esconde detrás de la mesa donde se supone que deberían estar las latas.

Jiang Yanli suspira, pero no puede contener una sonrisa. Se pone las manos en las caderas y mira a su alrededor. Todas las actividades están preparadas a la espera de que los participantes se dividan en grupos que cooperen para conseguir más puntos. Algunas personas ya se están reuniendo en la zona de entretenimiento.

La reunión fue una buena idea. Aunque su plan para juntar a A-Xian con su enamorado no funcione, valdrá la pena el esfuerzo. A Yanli le gusta ver a toda la gente y le encanta organizar un fin de semana divertido y relajado para ellos. La felicitaron varias veces por dirigir un establecimiento tan bueno.

Son casi las diez y el local se llena de voces y risas de niños. Yanli está emocionada por la cantidad de niños, ya que el Muelle del Loto no acostumbra a tener tantos huéspedes jóvenes. Como no hay tratamientos en este momento, Song Lan y Xiao Xingchen se unieron a ellos con su pequeña hija, aunque se graduaron en la Academia Gusu unos años antes que los demás. Yanli los saluda antes de ir a buscar a Zixuan, que está a cargo de A-Ling y A-Yuan.

Esta vez le toca a Yanli hacer de anfitriona, así que cuando el reloj marca las diez, saluda a todos.

Según su experiencia, cuanto más sencillos sean los juegos, mejor, porque así los niños pueden participar y los adultos se vuelven divertidamente competitivos. Funciona perfectamente. Lo que también funciona a la perfección es su pequeño truco para que A-Xian acabe en el mismo equipo que Lan Wangji.

Yanli se siente un poco culpable por vigilar a esos dos más que a su esposo e hijo, pero no puede evitarlo, le encanta el romanticismo y que los dos tengan que cooperar (y a veces estar literalmente atados el uno al otro, bendita sea la carrera de tres piernas) es propio de las comedias románticas.

A Yanli le duelen las mejillas de tanto sonreír cuando su equipo, como era de esperar, sale victorioso. Se queda un momento mirando a Lan Wangji, cuyos ojos se centran en Wei Wuxian, que está realizando un baile de la victoria con A-Yuan chillando en sus brazos. Mientras va a dar un beso de consolación a Zixuan y A-Ling, piensa que tal vez sus esfuerzos no sean en vano después de todo.

La siguiente parte del programa es la que más la entusiasma. La competición familiar para hacer bollos de mantou. Está preparando todos los ingredientes cuando oye un llanto. Reconoce inmediatamente a A-Yuan y se precipita en dirección a los sollozos. Espera un rasguño en la rodilla o alguna otra lesión, pero cuando ve al niño, no parece estar herido. Sin embargo, su pequeño cuerpo tiembla con sollozos inconsolables. A-Xian está agachado frente a su hijo con una expresión de impotencia. Yanli se detiene al escuchar las palabras ahogadas de A-Yuan.

Podemos ser como en el cuento de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora