Extra 3

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Mientras el lobo lo llevaba en sus brazos, y después de la oferta que le había hecho, Mingyue sentía que su cuerpo comenzaba a calentarse y todo el deseo sexual que había mermado en las últimas semanas volvía con una fuerza descomunal. Como resultado, cuando entraron a la habitación de Yenhuo, él estaba completamente excitado, tanto que su miembro comenzaba a humedecer su ropa interior junto al líquido que se escurría de su agujero trasero. Era increíble como había cambiado su fisionomía, al punto de sentir su interior palpitar y dilatarse solo con la idea de ser penetrado.

Se mordió el labio inferior para acallar un gemido mas no podía evitar estremecerse por las olas de calor que es su estómago comenzaba a surgir. Deseaba al lobo, le encantaba tener sexo con él, aunque no soliera decírselo, pero ahora, era como si solo pensar que estaría junto con él, algo en su interior lo ansiara mucho más.

Esta vez no pudo evitar gemir ante la falta de los brazos de Yenhuo. Era como si su cuerpo solo estuviera llamando a tener sexo y… realmente lo quería tener en ese momento.

-Shhh, cachorro. Déjame limpiar tu cuerpo y prometo atenderte después- se acercó y lamió su mejilla sintiendo como el chico temblaba debajo de él. Yenhuo podía oler su excitación y esta había aumentado mucho haciendo que él mismo se pusiese duro.

Rápidamente fue hasta el baño, encontrando una toalla que comenzó a humedecer cuando un sonido húmedo diferente al que él estaba haciendo llegó a sus oídos y sus colmillos se asomaron gruñendo. No podía imaginarse que su cachorro estuviera haciendo aquello. Pero si… cuando regresó a la habitación encontró que Mingyue se había deshecho de la parte inferior de su ropa y la túnica superior estaba abierta mostrando su pecho blanco, que subía y bajaba acaloradamente, adornado por esos dos montículos rojos e inflamados. Ahora, estaba acostada en su cama, con su cabeza sobre la mullida almohada de piel, sus piernas abiertas y dobladas y sus dedos se perdían dentro del rojo y húmedo agujero. Su boca abierta dejaba salir pequeños gemidos de placer.

Yenhuo se quedó parado mirando la escena, donde la toalla en sus manos se resbaló al suelo, y apenas se percató. Sus ojos estaban fijos en aquel lugar que se veía sumamente excitante. Su lengua relamió sus labios y sus colmillos casi salivando, y como hipnotizado se acercó a su cachorro en dirección a ese lugar palpitando y húmedo que lo llamaba.

Su lengua caliente pasó por encima de los dedos del menor haciendo que este abriera sus ojos y gimiera.

-Yenhuo, pica adentro-

El lobo sonrió dejando a la vista sus colmillos. Su frente ahora estaba empapada de sudor por la excitación.

-Te aliviaré cachorro- jadeó contra esa zona y lamió otra vez la mano de Mingyue descendiendo aún más abajo a donde estaba el agujero chorreante.

Mingyue se estremeció y abrió más piernas dejando que el lobo se acomodara más fácilmente y sacando sus dedos completamente empapados los puso a cada lado de su agujero y lo abrió, dejando a la vista el túnel oscuro y tentador.

Yenhuo no sabía de donde su cacharro estaba sacando todos esos trucos, pero normalmente no actuaba así. No le importó. Estaba totalmente excitado para pensar. Su objetivo era hacer el amor con su Ayue, tenerlo jadeando loco por él.

Así que no lo pensó dos veces antes de sumergirse a volver a lamer con ansias el interior de Mingyue enterrando su lengua hasta lo más profundo que pudo. El chico tembló y gimió sonoramente, sumido en el placer. Sintiendo como se movía dentro de él, tocando sus paredes sensibles. Yenhuo sabía cómo tenerlo chorreando como ahora. Con su pequeño miembro duro y casi a punto de correrse con apenas roces.

Ayue se aferró al cabello de Yenhuo entre sus dedos y echó la cabeza hacia atrás. Su vientre estaba caliente. La lengua de Yenhuo se movía incesantemente, los colmillos raspaban las paredes externas, el aliento caliente golpeándolo.

-Ah- jadeó en un último momento antes de sentir que su mundo daba vueltas.

Su cuerpo entero se estremeció y cerrando sus piernas y apretándolas contra su pecho se corrió fuertemente, manchando su abdomen de su semilla blanca y más liquido brotara de su interior. Líquido que Yenhuo no dejó escapar pegando su boca aun en su lugar y torturándolo durante todo el proceso. Tangando con ansias el dulce liquido de su pareja.

Cuando el lobo estuvo saciado se enderezó soltando su túnica dejando que esta se corriera por sus hombros mostrando su torso con músculos marcados por la tensión. Su mano limpió apenas sus labios aun manchados por la esencia de Ayue y la lamió no dejando escapar nada. Su miembro palpitaba duro dentro de su pantalón que casi rasgó con las garras que para ese momento estaban completamente desenfundadas.

-Eso fue rápido, cachorro- le dijo dejando la ropa a un lado prácticamente rasgada, quedándose completamente desnudo y con su pene alzado hacia su abdomen completamente duro.

Mingyue se cubría el rostro completamente rojo y jadeando tanto que parecía doloroso. Yenhuo sonrió ligeramente y estiró su mano rozando el abdomen ligeramente abultado y se inclinó lamiendo sobre él la esencia del chico.

-Yenhuo- Mingyue gimió mordiéndose el labio inferior y con los ojos ligeramente desenfocados. El calor de su pareja sobre él, sus manos, sus colmillos, todos sobre él era grandioso, pero sentía que faltaba algo más.

Yenhuo le encargó de lamer todo el semen sobre el abdomen y pecho de su cachorro, corriéndose hasta su rostro y buscando su boca. Recostó su cuerpo sobre el menor, entre sus muslos, pero se las arregló para que su peso no cayera sobre este, temiendo hacerle daño a su hijo. Su hijo, de recordarlo su pecho palpitaba de felicidad. Un cachorro de su cachorro, acaso se podía ser más feliz.

Y sabía que tenía que demostrarle a Mingyue lo contento que estaba por ello. El chico era muy sensible y debido a no hablar las cosas claras es que habían tenido malentendidos en el pasado.

-Ayue- jadeó soltando sus labios ahora hinchados y pinchados por los colmillos del lobo- Gracias por estar a mi lado y darme todo, por el cachorro que me traes. Te amo- le dijo jadeando contra su boca.

El chico bajo él lo miró con los ojos brillantes y una sonrisa se proyectó en su rostro. Sus brazos se envolvieron alrededor del cuello del lobo y lo atrajo más hacia él.

-Yo también te amo mucho- le dijo besando su mejilla.

Yenhuo buscó de nuevo sus labios sumiéndose en un profundo beso, buscando satisfacer aún más a su pareja, sintiendo como su pene se restregaba con el de nuevo erecto del menor. Sin embargo, a través del enlace podía percibir que algo no estaba bien.

-¿Qué pasa?- le dijo besado la comisura de su boca- Dime- su voz era grave.

Mingyue lo miró con las mejillas encendidas y dudoso de saber si decirle. Yenhuo alzó una ceja y le mordió la punta de la nariz con algo de fuerza dejándola algo roja.

-Habla o te lo haré decir, sabes muy bien que puedo.

Mingyue estuvo renuente al inicio, pero después bajó la mirada y comenzó a hablar casi en un murmullo.

-Estaba pensando que… quería hacerlo contigo, pero…-

-¿Pero qué?- Yenhuo no entendía a qué quería llegar.

Mingyue hizo un puchero.

-No me presiones, Yenhuo.

El lobo relajó su rostro y lamió su mejilla con cariño haciéndolo estremecer. Ya estaba teniendo una idea de a donde quería llegar el menor, mas no lo diría, esperaría que fuera el mismo Mingyue el que lo dijera. Hacía tiempo había encontrado que era divertido bromear con él, siempre y cuando no fuera mucho, pues Mingyue podía levantarse y dejarlo caliente y ansioso.

-¿Qué es lo que deseas? Yo te lo daré.

Mingyue se mordió con un poco más de fuerza el labio con más vergüenza, pero al final se llenó de valor y lo dijo.

-Yo… quiero hacer el amor, contigo en forma de lobo.

Y aun cuando Yenhuo se esperaba aquello no pudo evitar sorprenderse pues su forma animal era bastante grande en todos los sentidos y tenía miedo dado el estado actual de Mingyue. Pero si eso era lo que quería su cachorro… quien era él para negarse.

Tatuaje malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora