Hija de SCP-682 (LIBRO 1)

Los recuerdos de otra persona

Algo andaba mal. Este no era el espacio habitable en el que se quedó dormida.

"SCP 682, si continúa tomando represalias, nos veremos obligados a finalizar esta prueba e incapacitarlo".

La voz por el altavoz era explosivamente alta, algo más parecido a un chirrido de metal que a una voz humana. Le dolía la cabeza, no estaba bien. Algo estaba muy mal.

Intentó levantar los brazos y se dio cuenta de que estaban encadenados firmemente en su lugar, lo que hacía que el movimiento básico fuera casi imposible. Sus cuatro ojos se ajustaron, la visión se aclaró, ella estaba... en el recinto de su padre. Él no puede ser encontrado en ninguna parte. Sólo ella en la habitación grande y vacía. Era demasiado pequeña para eso, la hacía sentir como una rata o cualquier otro tipo de pequeño roedor.

Le escocían los pies, fue capaz de mover la cabeza hacia abajo lo suficiente como para ver que había una pequeña capa de ácido inundando la habitación, la mayoría de los dedos de sus pies ya no estaban, el hueso era visible a través de la piel abrasadora, su regeneración prolongaba el proceso y hacía que doliera todo. cuanto más

"SCP 682, confirme que va a cooperar o tendremos que terminar esta prueba".

Miró hacia arriba, no podía ver ninguna cara, pero la voz le resultaba vagamente familiar. Una voz femenina, una que juró haber escuchado en grabaciones, le dio una horrible y vil sensación en la boca del estómago. El tipo que sientes cuando piensas en la muerte, el tipo cuando piensas en el hecho de que un día no vas a existir.

"SCP 682, esta es tu última advertencia". La voz se hizo más fuerte a través del altavoz que no podía ver, hizo una mueca y miró hacia la luz del observatorio de arriba. Entonces se dio cuenta, a través del dolor, que la estaban llamando 682, no 682-b. ¿Había pasado algo mientras dormía? ¿Que era esto?

"¡Espera! ¿¡Qué está pasando!? ¡Estoy escuchando, por favor, no lo hagas!"

Hubo una pausa, luego la voz continuó. La enfermó, la ansiedad ahogando sus sentidos.

"682, te hemos dado una oportunidad, y claramente no estás preparado para aprovecharla. Comenzando inundación".

"¡¿NO PUEDES ESCUCHARME?!" Gritó desesperada cuando los repugnantes crujidos de los grandes conductos de ventilación llenaron la habitación, un maremoto de ácido inundó el espacio a un ritmo violento.

"¡NO NO!" Ella gimió, golpeando contra las cadenas que se negaban a romperse sin importar lo mucho que se moviera. El ácido se precipitó hacia ella, el resto de su cuerpo comenzó a arder con una picadura inhumana.

Luego se apoderó de ella por completo, sus pulmones se llenaron de ácido mientras pasaba por su cabeza, el dolor como nunca antes había sentido. Su garganta gritó, sus pulmones se contrajeron, toda su existencia se redujo a nada más que agonía. Eso es todo. Esto fue. Se acabó. Se acabó. Lo siento mucho papá. Lo siento. Por favor no-

¿Era 106?

Sus ojos se abrieron a una nada oscura.

Paulie se incorporó, el cuerpo temblando, cubierto de una capa de sudor frío, la ansiedad por las nubes. No podía respirar bien, se sentía como si hubiera caminado por el infierno. Sus ojos se ajustaron a la habitación, recordando dónde estaba y, lenta pero seguramente, comenzó a recobrar el sentido.

Recordó a Darren, recordó la reunión y dónde estaba ahora. Con su visión nocturna finalmente ajustada, vio que nada estaba fuera de lugar y escuchó los leves ronquidos de Darren provenientes de la litera superior. Cerró los ojos inferiores, bajó la cabeza y agarró la manta. Rodó sobre su costado y envolvió su cola con fuerza alrededor de su pierna, abrazando su segunda almohada con fuerza.

Todo estuvo bien. Ella iba a estar bien. Mañana sería otro día. Fue un sueño, un sueño muy extraño. Pensando en eso ahora que estaba despierta, se sentía como un sueño.

Descubrió que se agotó muy rápidamente y cayó en un sueño sin sueños.