Primer vez

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Hola soy Hazel y tengo 14 años y... Si así es soy una chica cualquiera, con amigas, familia y gente a mi alrededor. Mi vida no tiene sentido, es aburrida, sin aventuras, ni emociones y mucho menos sentimientos.

Mi físico, bueno, soy delgada, mi cabello es castaño, casi rubio, mis ojos son color miel y soy Blanca

Soy un poco diferente a las otras chicas, soy deportista o al menos eso creo yo, me encantan las Artes Marciales Mixtas, soy fanática de la comida, sólo escucho rock y me importa un bledo ó más bien una mi!@#$ lo que los demás piensen de mi.

-Hazel!!! ya vámonos que se nos hace tarde, dijo mi papá desde abajo.

Mi padre me dijo que me llevaría a una clase muestra de Artes Marciales Mixtas y si me gustaba me inscribiria.

Realmente no me molestaba eso, como ya había dicho antes me encantaban!!!.

-Ya voy, grité desde mi recámara, estaba distraída en mi celular.

Salimos de casa, fueron unos 10 minutos hasta que llegamos, subimos varias escaleras, realmente no estaba nerviosa. Llegamos y tuvimos que caminar, el gimnasio era enorme. Cuando entre no había nadie, excepto por una muchacha, más bien señorita, un señorito? Y un niño como de unos 8 años, un tanto adorable.

Saludé y mi papá se empezó a informar mientras yo fingia escuchar, volté la cabeza para apreciar mejor el gimnasio; cuando de pronto sale un chico del vestidor, mirándome, así que me atreví y lo mire, tenía un gran cuerpo envidiable, pero a pesar de eso no era mi tipo.

-Hazel, te están hablando, dijo mi padre un poco serio.

-Mandé?, dije un tanto confundida, ya que el chico se dirigía al escritorio donde me estaban atendiendo.

-Dice que ya puedes ir a prepararte para entrenar.

-Ok, gracias, dije una sonrisa un tanto torcida ya que aquel chico se acercaba más y más..

-Ya es hora muchachos, dijo mi sensei, avisando que empezaba la clase.

Aquí voy pensé. Empecé a correr yo y otros cuantos chicos que habían llegado, sin chicas, se dan cuenta, llevaba como 15 minutos corriendo y ya no sentia las piernas, estaba exhausta, pero tenía que mostrarme fuerte no quería parecer débil y floja.

Después de eso me pusieron en parejas, me tocó un niño como de unos 9 años, Y empezamos a dar golpes y patadas. Pero jamás me di cuenta que el chico me estaba mirando cada minuto, cuando lo mire note que se puso algo raro y se incomodó, así que decidí ya no voltear, pero ahora yo era la incómoda porque sentía su mirada fija en mi.

Cuando acabó la clase, teníamos que chocar la manos, se acercaba el momento, no estaba nerviosa, sólo incómoda, cuando pasó sentí como su mano acariciaba suavemente la mía, así he la quite rápidamente. Tonta!!!, sólo pude pensar eso.

-Y... Que tal? te gusto la clase... dice mi padre.

-Ammmm si...

-Bien, para la próxima clase te inscribire.

-Ok, dije poniendome mis converse.

-Oye, tengo que decirte algo yo voy a entrenar después que tú.

-Cómo? una hora después.

-Si así es, después de tu clase sigue la mía, así que te vas a tener que esperar.

-Esta bien.

-Bueno me voy a preparar.

Asentí con la cabeza, saqué mi celular y los audífonos y empecé a escuchar música. Cuando voltie, justo ahí de nuevo me estaba mirando ese chico. Pero me pareció algo raro, él le estaba hablando al sensei, al niño adorable y a la señorita, que resultó la esposa del sensei, como si nada. Cuando decifre varias cosas: que eran una familia, la señorita o señora, era su mamá, el sensei su papá y el niño adorable su hermanito.

En toda la clase de mi padre el ''chico'' me miraba y eso era algo extraño para mi, Pero como ya había dicho antes, él no era mi tipo.

Acabo la clase de papá, dimos la gracias y nos fuimos.

Cuando llegué a casa dí un gran suspiro y me dejé caer a la cama, estaba sudada y cansada, nada podría quitárselo más que un gran baño. Preparé la tina y me metí estuve relajandome como 1:30. Hasta que decidí salirme me puse la pijama.

Ya eran las 11:07 p. m. Era hora de dormir, al otro día tendría que levantarme a las 5:30 a. m. para ir a la secundaria. Pero no podía dormir, pensando porque aquel ''chico'' me había mirado, Pero era raro yo no sentía nada por él. Hasta que el sueño me venció y quede totalmente dormida.


POR MIEDO A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora