Narra la narradora:
Junta se encontraba cambiándose en su habitación empezando a recordar todo.
Era un salón de clases, no tan vacío en las mañanas, justo a las siete de la mañana un joven pelinegro lleno de energía venía a visitar a su amigo.
-Buenos días Azumaya kun - lo saludó sentándose en su carpeta.
-Buenos días Saijo san - lo saludó también - ¿Cómo te ha ido con la biblioteca?
-Diré que mas o menos por no decir mal ... la directora dice que no vale la pena.
-¿En serio? Es una lástima, me hubiera gustado verla en funcionamiento.
-Si yo también.... bueno ¿Quieres salir después de la escuela?
-¿Q-qué? La verdad tengo cosas que hacer y-
-Vamos será divertido.
Al final el castaño aceptó pero él no sabía los sentimientos de el azabache, no sabía que poco a poco este muchacho iba cayendo a las redes de Junta.
Mientras pasaban los días Junta se iba haciendo mucho más conocido y debido a su físico tan atrayente hizo que muchas estudiantes se sintieran enamoradas de él, era algo común en su tiempo que ellas hicieran cartitas así que Takato no se quedó atrás.
Llegó a su cuarto y como método para soltar toda su frustración empezó a escribir una carta.
''Eres bello''
''Ojalá pueda ser lo único que te pudiera decir, pero no es suficiente''
''Cada vez que te veo es imposible no enamorarme otra vez''
''Desearía ser la persona que más amas en este mundo ... pero no puedo''
''Lo sé por tus ojos, lo sé por tu mirada y sobre todo lo sé por la forma en que me tratas''
''Azumaya Junta, incluso es hermoso decir tu nombre, se siente un remedio para mis labios''
''Eres el chico que no se inmuta por nada, se nota por sus ojos''
''Se nota por su mirada''
En ese momento se dio cuenta de lo que acababa de escribir y lanzó su lápiz hacía la pared, lo que hacía no tenía ningún sentido, jamás iba a corresponderlo simplemente ya no podía seguir siendo su amigo.
Poco a poco se iba enamorando más y más de él.
Guardó el papel en un sobre de color azulado y lo puso en un cajón oculto junto a algunos viejos casetes y fotos de de viejos amigos,
-Aquí te quedas para siempre.
Y cerró el cajón reforzando sus palabras.
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El castaño había salido corriendo del hotel después de haberse cambiado obviamente. Aún así se sentía incómodo al pasar y escuchar los murmurios de alguna gente y algunas empleadas.
-Seguro que la chica lo abandonó y él quería algo más.
-Es normal que algunas chicas solo quieran sexo.
-¿Seguras que fue una chica?
Estaba completamente avergonzado, además tampoco podía vengarse, no es como si le importara tanto porque tenía otras cosas mucho más importantes en mente.
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Probablemente tuyo
RomanceUna noche oscura en un bar, fue cuando te encontré y mi vida cambio completamente.