Dazai Osamu Zone ！⺌

➪ Familia

— Dazai-san, ¿Usted tiene familia? — Pregunto el chico tigre con curiosidad, a pesar de pasar tiempo junto a su mentor suicida no conocía mucho sobre el.

— ¿A qué se debe la pregunta Atsushi-kun?— Contesto el castaño algo intrigado por la curiosidad del menor y algo molesto también, pues no era de su agrado contar cosas sobre su vida.

— Ammm, simple curiosidad, no conozco mucho sobre usted y lo poco que se es que trabajaba en la Port Mafia. — Admitió el albino, no había ninguna mentira en su repuesta.

— Si, tuve una familia una vez, pero no todo es para siempre Atsushi-kun. —Hablo con un tono neutro de voz, dejando más dudas en el joven tigre, pero ya no quiso seguir insistiendo a su mentor.

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— ¿Mami?,¡Mami! — Se escuchó el grito de un niño, tal vez no pasaba de los 6 años — ¡MAMI!, Por favor mami, despierta. —Los ojos cafés del niño se cristalizaron y no tardaron en empezar a derramar lágrimas ante aquella escena frente a él .—No me dejes mami, por favor.

Una mujer yacía en la tina del baño vacía, sus ojos castaños sin vida estaban en dirrección al  niño, sus manos derramaban el líquido rojizo vital para el ser humano. Su nombre ya no importa, estaba muerta y lo único que ha una dejado en ese mundo era un niño, un pobre niño huérfano, un pobre niño que tuvo que presenciar los últimos alientos de su madre.

Talvez el niño no era estúpido para saber que su madre había dejado el mundo terrenal, talvez algo había aprendido para saber que hacer o simplemente actuó como le pareció correcto para el juicio de un niño de 6 años, dejo todo en aquella casa, no tenía nada que sirviera para el.

Probablemente pasó una o dos semanas desde que huyó de aquella casa, su vida no fue mejorando al contrario todo se fue al carajo cuando conoció a aquel hombre de hebras moradizas, lo llevo a un consultorio con la promesa de que todo estaría bien, que mentira tan tonta y que niño tan iluso.

— Shuji-Kun. —Se escucho la voz de aquel hombre. —Vamos pequeño, levántate, aún no puedes dormir.

No hubo respuesta por parte del pequeño, solo asintió, no es que aquel hombre fuera malo con el, al contrario era muy cariñoso, demasiado que lo asustaba, o bueno en un principio fue cariñoso pero ese cariño se fue convirtiendo en molestia, era molesto mantener a un pequeño niño.

Aquel niño creció, tuvo que cambiar su nombre, Ya no seria "Shuji Tsukishima" más, ahora por elección de aquel hombre, ahora sería  "Dazai Osamu" , pero que haya crecido no significa que fuese mayor, tan solo tenía 14 años cuando tuvo que presenciar un acto grotesco, aquel hombre que lo había "adoptado" asesino frente a el al jefe de la Port Mafia y ese mismo hombre se convirtió en el ahora jefe y el no era más que su confidente de lo sucedido esa noche.

Desde ese momento inicio su verdadero infierno, Mori Ougai era el nombre de su "tutor", aquel hombre no solo lo trataba mal, abuso de el tanto física y mental, mientras aún era un adolescente tenía que ser productivo para aquella organización clandestina, eso significaba crear un plan para cada situación que se presentaba en la Port Mafia, tuvo que tomar el puesto de ejecutivo de la Port Mafia a tan temprana edad, creo todo un reglamento, aunque no todo era malo en su vida, gracias a formar parte de la mafia tuvo al fortuna de conocés a dos personas importantes para su vida, Oda Sakunosuke y Chūya Nakahara.

Claro el era Dazai Osamu, su vida se basaban en desgracias, con solo 18 años su querido Odasaku falleció en una misión que el no estaba completamente enterado, era su límite y huyó de aquel lugar dejando todo como lo hizo de pequeño, solo atino a despedirse de su amado Chūya y pedirle perdón, aunque claro no lo hizo frente a frente solo escribió una carta.

Logro encontrar como "reintegrarse" a la sociedad, encontró un buen trabajo 2 años después.

Sus encuentros con el Nakahara fueron más frecuentes una vez después de encontrar aquel trabajo y todo quedo perdonado.

— ¿En qué piensas?— pregunto el peli-rojo con el castaño en brazos, ambos habían tenido una larga jornada.

— ¿Mmm?, En nada. — Contesto Osamu, más bien no quería una plática emocional del porque debe expresar sus emociones y eso, definitivamente quería ahorrarsela.

Ambos se acurrucaron más en aquella cama y cayeron dormidos, realmente estaban cansados.