puzzle; nouis.

хι. ❝в.в.ғ.❞

Louis.

Pasarme nuevamente por la casa se Harry había sido una locura.

Hace ya dos años que no me daba una vuelta por esos lugares, vivo bastante más lejos. Hace ya dos años que Harry decidió cortar cualquier relación amistosa que pudiera haber tenido conmigo. Las cosas habían cambiado drásticamente para los dos en estos dos años.

Sabía que no era su culpa, ni tampoco lo era mía, al menos no por completo, pero aún así había olvidado que mi mejor amigo por tantos años se había alejado de mi.

Y ahora, de alguna manera, nos estábamos reencontrado. No de que él me viera, de hecho, a veces compartíamos algunas palabras en Literatura, y cuando ninguno de los amigos de Zayn estaba por ahí, hasta podíamos hablar con algo de comodidad. Pero él siempre se encontraba en tensión, como si estuviera alerta a cualquiera de mis movimientos.

Por lo que Harry me había estado contando, Niall era su «perfecto mejor amigo», lo tomé como una indirecta, pero no le hice caso.

El rubio también parecía tener algo de miedo. Pero sobre todo, confusión. Él de alguna manera se había dado cuenta de que el Louis Tomlinson del que todos hablan no existía o pensaba que había cambiado, pero era lo suficientemente listo como para mantenerse ligeramente alejado. Aunque eso sería bueno si en realidad estuviera tratando con alguien malo, pero no es bueno en este caso.

Niall me llamaba la atención, sí, tal vez por eso le regale mi preciado postre. Me gustaba eso de que fuera curioso y osado, pero a la vez reservado. Me parecía una persona bastante interesante. Y no podía ocultar la atracción que sentía por él.

La primera vez que lo vi realmente fue cuando se cayó de las escaleras. Me pareció bastante divertido los primeros segundos, pero cuando vi que todos pasaban por sobre él sentí pena por el chico y me acerqué a ayudarlo.

Noté la confusión en sus ojos, lo recuerdo tan bien, pero aceptó mi mano y hablar conmigo. Aun sabiendo las advertencias que Zayn le había dado.

Todos los días podía sentir algunas miradas de él, en las clases y cuando iba a los almuerzos, aunque por supuesto que Harry lo llevaba lo más lejos de mi posible. Y no era como todos me miraban, él solamente me analizaba, una y otra vez, probablemente con miles de dudas rondando por su mente.

Estacioné mi Jeep —regalo de mi madre a los dieciséis años, semanas antes de que mi vida acabara siendo un infierno— en el garaje de mi casa y me baje, poniendo la alarma.

Mamá había llegado, su auto estaba estacionado en la calle, probablemente se encontraba preparando la cena, lo que sinceramente me vendría bien porque estaba muriendo de hambre.

Cuando estaba comiendo con Niall, mi estomago era un maldito nudo de nervios, sentía su mirada penetrante, intentando entender por qué era así con él y cuando dijo las cosas que sabía... el nudo creció.

Siempre que hablaban de esas cosas mi estomago se cerraba, era como una defensa. Sabía que si intentaba retirar lo que supuestamente había pasado y alguien lo creía, se iba expandir por todas partes, iba a crecer como una llama y llegar a cada una de las mentes de la secundaria, y por supuesto, a Zayn.

Eso era lo que más me complicaba. Cuando recientemente había sucedido, intenté negarlo, y Zayn simplemente mandaba a alguno de los amigos de Liam a que me dieran una maldita paliza. Y claro que intentaba defenderme, pero no daba mucho resultado cuando tenías a un tipo de un metro ochenta que juega fútbol americano, Soccer y tal vez hasta béisbol, contra un chico de aproximadamente uno sesenta y seis -aunque a veces mienta y diga uno setenta- y que probablemente lo único que hace son las clases obligatorias de gimnasia.