6: Preguntas

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No había sido su mejor idea. 

Definitivamente besar a Sam no había sido una buena idea. No estaba en el mejor momento para soportar un rechazo y aún así lo había hecho. ¿Por qué lo había hecho? Solo había sido un impulso estúpido del que definitivamente se arrepentiría.

Ya se arrepentía.

  — Lo siento —murmuró al separarse, sus ojos se aguaron de nuevo. Se movió como pudo en la cama, deshaciéndose del agarre del contrario y alejándose un poco—, lo siento, no debí hacer eso, yo no... No estaba pensando, no tenía que haberlo hecho.

Pánico.

Eso era lo que sentía. Pánico porque acababa de joder la única amistad que tenía. Pánico porque Sam le odiaría después de eso. Pánico porque volvería a quedarse solo. Pánico porque quería a Sam más que a nada en ese mundo en el que se había quedado y había provocado el final de su relación.

Escuchaba la voz de su amigo llamarle en la lejanía pero todos sus sentidos estaban taponados, no sentía el cuerpo, no escuchaba nada, no veía bien, sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier momento y la presión en su pecho iba a consumirle.

Respirar. Tenía que respirar.

No podía respirar.

¿Se iba a morir? Sentía que se iba a morir.

...

Era un alivio morir por fin.


Silencio.


Si este era el final lo aceptaría, no merecía más, esto estaba bien.


Y entonces calma. Ruido de nuevo. Aire en sus pulmones. Su cabeza no iba a explotar.

Los labios de Sam volvían a estar sobre los suyos.

¿Por qué estaban los labios de Sam sobre los suyos?

Estaban salados gracias a sus lágrimas. No lo entendía, no sabía qué estaba pasando, pero agradeció que el mundo volviera a existir a su alrededor. Agradeció la calma y cerró los ojos, estaba bien, estaba a salvo.

No se iba a morir.

  — ¿Estás bien? —no sabía en qué momento se había separado, y al abrir los ojos tenía a su compañero todavía cerca, muy cerca y con una mano sobre su hombro. Asintió confundido— Menudo susto me has dado.

Sam suspiró y se separó de él, ambos sentados en la cama de nuevo, uno frente al otro.

  — Me has... —murmuró todavía confundido, recuperándose— ¿Por qué me has besado?

  — Para ser justos tú me has besado a mi primero —rebatió con una sonrisa leve, pero la expresión de Bucky le hizo saber que no era el mejor momento para bromas—. No sé por qué lo he hecho. —se rascó la nuca nervioso, porque era verdad, ni siquiera él entendía el por qué.

  — ¿Qué significa eso?

  — No lo sé. —pausaron unos segundos, entonces el mayor volvió a hablar.

  — ¿No me odias?

  — No te odio.

Bucky asintió, eso era suficiente para él.

Escucharon tres golpes en la puerta y la voz de Sarah a través de esta.

  — Chicos, es hora de comer —su voz sonaba tranquila, casi con miedo a interrumpir algo demasiado delicado.

Moving on [Sam x Bucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora