Beyond The Sea. (YoonSeok)

Capítulo I

Isla de Jeju, Corea del Sur.
12/08/74.

Nada es una coincidencia, el tiempo y la materia controlan los hechos.

Al abrirse las puertas de la bahía, con un poco de arena, agua y corazas de mar se encontraba el lugar perfecto para establecer una familia, claro, si te olvidas de los tsunamis y todos esos posibles desastres.

En la costa del mar se situaba una pequeña casa acogedora en donde vivía la familia costera más cliché que te pudieras imaginar, un padre que cubría todos los gastos, una madre sobre protectora, una adolescente con al menos diez paletas de sombras para ojos y un puberto de trece años.

—¿Que estás haciendo Hoseok? —su hermana mayor planteó su pregunta gracias a la extraña, precisa y anormal acción del más pequeño.

—Estoy separando las gomitas rojas de las demás, la de cereza es mi favorita. —dijo el joven separando sus gomitas con sus manos evidentemente pegajosas.

La chica tomó un labial y un espejo y empezó a mover el labial alrededor de sus labios, saliéndose de la línea.

—Pues eso me parece desagradable, ve a lavar tus manos.

—Como digas, mamá. —bromeó con una sonrisa en sus labios.

Para el joven Hoseok no era nada difícil seguir las indicaciones de la gente, de hecho aunque su hermana tuviera una actitud bastante arrogante de vez en cuando, el sabía que ella lo amaba más que a nada, y si, obviamente ella era de esa clase de hermana mayor que al enterarse que pronto iba a tener un hermanito amenazó con tirarse de la casita del árbol más de una vez si su madre no se lo sacaba del "estómago" para deshacerse de él; pero con el tiempo y con un par de chantajes se fue dando cuenta que no era más que un mocoso que amaba más que su propia existencia.

Hoseok tomó su rumbo y se dirigió hacia la cocina, abrió la llave con su meñique y remojó sus pegajosas manos en la fría agua, dándose cuenta de algo extraño en el mar por la ventana, inmediatamente cerró la llave y con agua goteando de sus manos corrió hacia su hermana mayor.

—¡Dawon! ¡Dawon! —sonrió— ¡Hay algo extraño flotando en la orilla del mar! —exclamó emocionado el pequeño, curioso por saber que era lo que flotaba en el gran mar.

—¿Qué es? Y ya te he dicho varias veces que me llames Jiwoo. —aclaró frunciendo el ceño.

—Bueno, Jiwoo, acompáñame a ver que es lo que flota, si me lo permites claro. —extendió su mano sarcásticamente.

—Solo por esta vez.

Tomó a su hermano de la mano y el la dirigió hacia afuera, ordenándole que se quitara los calcetines para ir hacia la arena, ambos lo hicieron y se acercaron peligrosamente al mar.

El sol lastimaba la frágil piel de Hoseok, pero esto no impedía que el chico se adentrara al mar, mojándose por debajo de sus muslos, intentando alcanzar esa extraña caja de madera, hasta que finalmente lo logró.

—Y bien, entonces qué es? —alzó la voz, por lo lejos que se encontraba su hermano.

—¡Parece ser una caja con botellas adentro! —avisó Hoseok regresando con la caja.