04.

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La gran y sombría casa, quedaba entre los cerros de Busan. Nadie sabía muy bien de esta, pero si la llegaban a conocer, nunca pisaban ni un poco del terreno que le rodeaba por lo tenebrosa que se veía.

Siempre estaba a oscuras, y las ventanas tenían cortinas que siempre se mantenían cerradas, más oscuras que la misma casa. El patio tenía miles de flores que no se cortaban nunca, e incluso, la casa tenía una enredadera de rosas rodeándola. Estaba rodeada por una gran cerca negra, con puntas en los extremos para que nadie entrara, y si lo hacían, se llevaran varios rasguños en el proceso.

Parecía deshabitada, pero lo que nadie sabía, es que en ella vivían Jimin, su tío de parte de papá y su profesora particular.

Los tres vampiros.

Este estaba en su habitación, que era una mezcla de negro con rojo, sus colores favoritos y los únicos que veía a diario. Su casa no era muy colorida que digamos. Su cama tenía una especie de palos, para que el apoyara sus piernas en estos, quedando de cabeza. Amaba estar en esa posición, porque le relajaba de sobremanera y así podía pensar cosas más tranquilo.

Muchas de las cosas que le había dicho a Jungkook eran ciertas, pero otras no. Como eso de que sus padres le pagaban a una profesora particular. Lo de la profesora era real, solo que lo pagaba su tío. Aunque el creía que tenía algo con su profesora, porque no era tan normal que ella viviera con ellos. Y respecto a sus padres, nunca los conoció. Desde que tenía memoria había vivido con su tío y ni el, ni su mayor sabían sobre el paradero de sus padres.

Luego de tenerlo, ellos desaparecieron dejándolo con su tío. Jimin trataba de no pensar mucho en ellos, porque no quería odiarlos. Después de todo, eran sus padres. Pero dejarlo botado sin dar explicaciones, hacía pensar a Jimin que no eran las mejores personas del mundo. Aunque su lado amable y bondadoso decía que tenían una razón para el abandono.

Sobre su edad, también era real. Tenia 17 años recién cumplidos, por lo que para los vampiros, era un simple cachorro que no sabía lo que era vivir más de 100 años. Así que su tío lo sobreprotegía demasiado, porque hasta lo consideraba como un hijo. Jimin también sentía a su tío como un padre, así que no era extraño que de vez en cuando le dijera así.

Algo que llamaba la atención de su tío, y profesora, era una extraña formación en su ADN que le hacía rechazar la sangre al cien por ciento. A Jimin no le gustaba, y a su cuerpo tampoco. Por lo tanto, algo que para los vampiros los hace estar vivos, para el podía ser mortal. Se alimentaba como un ser humano común y corriente, y no le desagradaba en lo absoluto.

Al ser un cachorro, aún tenía sus colmillos de leche, por lo que eran pequeñitos y no se notaban casi nada. Por eso, Jungkook lo tomaba casi como un chico normal como el. Sus ojos eran diferentes al de los vampiros, ya que estos eran cafés o morados, en general, y cuando se enojaba o usaban sus poderes, se volvían rojos o azules, dependiendo del vampiro. Jimin siempre los tenía rojos, algo que también llamaba mucho la atención, pero tampoco era peligroso. Solo, milagroso.

Así que se podría decir que Jimin era un vampiro especial, que no salía de casa por la sobreprotección de su tío y que recién había convivido con un humano a sus 17 años de vida.

Si, bastante aburrido. O al menos el lo consideraba así.

Miro toda su habitación, que por cierto, veía al revés al estar de cabeza. Cuando de repente, bajo una araña. En vez de asustarlo, sonrió. Era su mascota y se llamaba "Glóbulo". Y no lo juzguen por el nombre, los vampiros siempre llamaban a sus mascotas de forma exótica y algo diferente a lo común.

Era una tarántula, por lo que era del tamaño de su mano, tenía muchos pelos, que le hacían cosquillas cada vez que le despertaba, y era de un bello café oscuro, que le asentaba de maravilla a sus ojos negros como la noche. Era una ternura que Jimin consideraba como su amiga.

La tomo entre sus manos, llevándolo a su pecho. Aparte de su amiga, era su compañera y confidente. La había encontrado cuando apenas tenía sus 7 años, y la araña era un recién nacida. Se habían llevado de maravilla desde el inicio, y eran inseparables. La araña también era especial como el, ya que, en general las arañas nacen de muchas en cada manada. Pero Glóbulo, había nacido de un solo huevo, siendo hija única. Algo que le desagradó a su madre y se fue, dejándolo en la mansión de Jimin. En donde esta, había nacido.

Ambos eran abandonados y se acompañaban en los peores y mejores momentos.

La puerta de su habitación se abrió de golpe. Dando paso a la figura de su tío, Park HeeJun. Tenía una bandeja a mano, con lo que suponía, era su desayuno. A pesar de ser las doce de la noche, básicamente para los vampiros, era su hora de despertar, aún cuando no dormían, así que no era extraño que su tío estuviera trayendo su desayuno a esas horas de la noche.

– Buenas noches, pastelito.– Su tío le sonrió y Jimin se tiró a la cama, volviendo a su postura normal. Aún con Glóbulo entre sus manos.

– Buenas noches. ¿Qué traes? – Pregunto tratando de mirar lo que traía la bandeja.

– Te hice lo que los humanos llaman: Panqueques. Es una receta nueva que quise probar.– Le dejo la bandeja en los pies de la cama, Jimin se acerco con lentitud mirando la comida en esta, comenzando a olfatear. Se olía deliciosa.– Ahora cómela rápido, antes de que vomite.

Jimin río. Su tío al ser un vampiro no soportaba ver ni oler la comida humana, pero hacia el esfuerzo por su sobrino. Una razón más de porque le adoraba.

– Gracias.– Tomo el tenedor y se llevo un pedazo a la boca. Gimió gustoso al tener el delicioso manjar en su paladar.

– No entiendo como te puede gustar pero, buen provecho.– Su tío ahora miro a la araña, que le miraba con ojos brillantes. Supo que el también quería comer.– No me olvide de ti, Glóbulo.

Su tío sacó de sus bolsillos unos cuantos cadáveres de mosca, la comida favorita de Glóbulo. Esta se acercó con rapidez y le beso la mano en cuanto se devoró a todas las moscas.

– Pronto cambiarás tus dientes de leche, ya deberías comenzar a practicar tu vuelo.– Dijo su tío, interrumpiendo su desayuno.

Jimin le miró tragando grueso su comida. Lo recordaba. Era un tema que le incomodaba en demasía, ya que varias veces había intentado volar, pero siempre fallaba en el intento. Su máxima duración en el aire, habían sido 7 segundos. Con el resultado de él en el suelo, y su tío revisándolo preocupado. Ser un vampiro no era tan fácil como se aparentaba.

- No me siento listo para ello.- Su tío lo miro con reproche. El solo miraba su plato con incomodidad. Si fuera su decisión, hubiese pedido ser un humano común y corriente.

Pero no. Las cosas no eran tan sencillas para el.

- Minnie, con practica lo lograras, estoy completamente seguro.- Su tío se sentó con el en su cama, dando caricias en su espalda como apoyo. El animo del cachorro vampiro estaba bajo, pues se sentía inútil al no poder hacer algo tan simple para los vampiros.

Volar era algo básico que muchos vampiros podían hacer desde los 6 años hacia adelante. O al menos eso le decía SunMi, su profesora.

Era un poco vergonzoso para el

- ¿Tu crees que pueda hacerlo?- Su mirada brillaba. Cosa que conmovió a su tío. Lo supo por la expresión de cariño que le dio. Sabia que significaba.

"Todo estará bien" siempre lo decía.

- Lo harás, eres un vampiro fuerte.- Un beso en la frente fue dejado, y su tío desapareció por la puerta, dejándolo a el solo con Glóbulo y su desayuno.

La imagen de Jungkook aprecio en su mente. Realmente quería aprender mas de los humanos. Entender el mundo de Jungkook y lograr ser amigos.

Y quien sabe... Tal vez, algo mas.

























Escribí esto desde mi computador, así que se siente extraño kdkdkdkdkkddkkdd. Espero que les haya gustado. Los amo <33

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⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

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