Capítulo 2

544 98 6
                                    

Jimin y Jungkook no eran exactamente amigos, pero siempre orbitaban cerca del otro y compartían una extraña confianza mutua. Su dinámica resultaba un poco peculiar ahora que habían entrado al instituto, pues, la madre de Jungkook parecía haberle puesto más atención a Jimin después de que lo dejó en casa aquel día en el que le dieron un aventón luego de la práctica de atletismo, cuando el padre de Jimin se mostró con una actitud bastante hostil hacia ella por ayudar al niño.

Jungkook no entendió por qué, pero su madre le pidió que vigilara a Jimin de cerca y que, le informara si veía una actitud extraña en él. Por supuesto, no informó nada al respecto, ya que, Jimin seguía siendo el mismo niño callado de siempre y no daba mucho de que hablar. Al menos, no dio demasiado de que hablar durante el resto de meses en la primaria y durante el primer año de instituto, donde, nuevamente, coincidieron en la misma aula de clases. Sin embargo, cuando el octavo grado comenzó y en clase de gimnasia tuvieron que cambiarse a la ropa deportiva en los vestidores, Jungkook le dio a su madre su primer informe cuando luego de la clase de gimnasia, miró las costillas y la clavícula de Jimin ser más notorias que las de un chico promedio de su edad. No eran realmente cercanos, pero incluso aquello fue suficiente para hacerle sentir angustiado. Tal vez, por esa razón, no se negó cuando su madre comenzó a prepararle loncheras extras para las comidas de Jimin.

Jimin, siendo el chico modesto que era, se negó a aceptarlo al comienzo, pero luego se resignó al ver que Jungkook y su madre no se resignarían primero. Al comienzo, Jungkook pensó que Jimin podía padecer de algún trastorno de la alimentación, pero luego descubrió que la única razón por la que Jimin no comía todas sus comidas diarias, era porque sus padres no preparaban nada para él, tampoco le dejaban material con lo que hacerse algo por sí mismo y mucho menos le daban dinero para que él pudiera conseguir algo por su cuenta. Jungkook se sintió horrorizado por la confesión y sin darse cuenta, se encontraba invitando a Jimin a su casa después de clases casi todos los días luego del instituto, dado que, con él en el equipo de atletismo y Jimin con talleres que le sumaban créditos extras, tenían horarios parecidos de salida. Además, cuando su madre no podía ir por ellos, Jungkook insistía en acompañarle a casa, incluso si el camino era la cosa más silenciosa del mundo, puesto que ninguno de los dos hablaba demasiado con el otro.

Su amistad se basó en eso, durante todo el octavo grado, no había mucho más. Jungkook, percibía que Jimin pese a estar agradecido, no quería acercarse demasiado a él en un aspecto emocional, puesto a que sentía que Jungkook quería pasar el rato juntos solo por lástima y, si era sincero, Jungkook sabía que la realidad no estaba demasiado lejos de esa teoría. Jungkook sentía lástima por Jimin y esa era la única razón por la que insistía tanto en estar con él luego de clases, quería asegurarse que, al menos, se alimentara correctamente y que llegara a casa sin ser atormentado. Bueno, al menos, Jungkook quería creer que esa era la única razón por la que insistía en irse juntos siempre.

Por supuesto, como sucedía con muchas cosas respecto a Jimin, Jungkook tiempo después, se dio cuenta de que su genuina preocupación por Jimin no era cuestión de lástima y que, había otra palabra que definía de mejor manera la necesidad que sentía por querer acercarse y cuidarle.

En décimo grado, Jungkook inició una pequeña revuelta por Jimin, cuando la excursión de fin de año llegó.

Cuando la excursión que duraría un fin de semana fue anunciada, el corazón de Jimin rebosó de alegría. Aunque, tuvo más problemas para asistir de los que pensó. El muchacho, pese a decirle a sus padres innumerables veces que firmaran la hoja de permiso, jamás lo hicieron. Jimin sabía que a sus padres no les importaba que pasara un fin de semana fuera de casa, no era esa la razón por la que tardaban tanto en hacerlo, tardaban simplemente por qué les divertía notar el anhelo frustrado en su rostro cada vez que pedía que dieran su permiso por escrito.  Jimin le rogó a los profesores que le dejaran ir al viaje por semanas, sin embargo, se le negó su asistencia debido a que sus padres no firmaron el permiso a tiempo como el resto de padres. —De hecho, nunca firmaron nada, pero al ver que la fecha límite había llegado, Jungkook le convenció de falsificar una firma. Jimin dudó al comienzo, pero realmente quería ir, así que, accedió e intentó una vez más, aun cuando el plazo de entrega había terminado—. Cuando llegó el día de la excursión, Jungkook le convenció de ir a la parada del bus preparado para el viaje, aun cuando se le había dicho que no podría ir.

MISTE 本 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora