El bullicio se hacía presente por todos los rincones del campamento de excursión. Por donde quiera que Jimin buscara escabullirse, encontraba algún grupo de personas haciendo alguna actividad escandalosa. Aquello le hacía sentir nervioso, no le gustaban los espacios con demasiado alboroto o ajetreo, sentía que estaba mal dejarse ir así, expresarse así, hacer ruido así. Lo suyo, era el silencio, la tranquilidad. Eso era lo que había aprendido desde que era un niño. No debía molestar a los demás, no debía llamar la atención de otros, no debía hacer que su presencia fuera notoria. Debía ser un fantasma, alguien invisible, como si nunca hubiera nacido —lo que sus padres hubiesen preferido—. Durante toda su vida, esas fueron las instrucciones que Jimin escuchó en casa salir de la boca de sus padres, por lo cual, aunque sabía que no estaban bien, seguía descolocándose un poco en situaciones en las que se sentía de algún modo u otro, rodeado de libertad.
Además, más allá de no saber qué hacer en situaciones tan permisivas, también se encontraba con otra pequeña lucha mental que le costaba un poco reconocer en voz alta: Jimin había estado intentando ignorar a Jungkook todo el día. No quería mirarlo a los ojos, no porque estuviera molesto, sino que, se sentía repentinamente avergonzado, como si Jungkook tuviera algún tipo de superpoder que le permitiera leer mentes, uno que le hubiese permitido saber lo que había estado pensando la noche anterior cuando se encontraron en la máquina expendedora y lo que estuvo pensando después.
Jimin, intentó con todas sus fuerzas mantener un bajo perfil durante el día, lo logró durante la mañana, pero al llegar la tarde, no tuvo ninguna razón creíble que le permitiera deshacerse de las actividades que tenía que hacer el grupo escolar.
Cuando el reloj marcó la una, el profesor de educación física general, acompañado de lo que parecían tres trabajadores del campamento, recorrieron todo el lugar para llevar consigo a todos los alumnos hasta el patio central. Vestían de la misma forma, conjuntos del mismo color de una almendra: pantalones hasta las rodillas y camisas de botones abrochadas hasta el cuello, donde llevaban un pañuelo rojo que hacía juego con la gorra roja que tenía el logo del sitio. A Jimin le pareció admirable la manera en que su profesor de educación física se integraba con tanta facilidad a cualquier actividad de entrenamiento que tuviera que ver con el movimiento físico. No era como el resto de profesores que solía conocer, este no era de los que se sentaban en la banca mientras te mandaba a correr por una hora, este, por el contrario, se involucraba en todos los sentidos. Hasta el punto de correr contigo, de ser necesario.
A la una con treinta minutos, todos los alumnos estaban reunidos en una estructura de media luna en el patio principal, vistiendo la usual ropa para eventos deportivos de la institución: pantalones verdes hasta las rodillas, muñequeras del mismo color, camiseta blanca con bordes verdes y un logo en el centro que mostraba un colibrí fundiéndose en el nombre del instituto.
No se les escapó ningún alumno, Jimin lo comprobó cuando pasaron la lista de asistencia y todos los nombres fueron tachados. Se armaron varios grupos, en donde, por suerte, no tocó ni una sola vez con Jungkook. Desarrollaron varias actividades, desde escaladas, pistas de obstáculos y juegos de pelota a los que Jimin jamás le agarró la vuelta, pero que completó con mucho esfuerzo y determinación. Ya cuando el sol estaba casi a nada de caer, el profesor de educación física, llamó a todos al centro una vez más. En sus manos, sostenía una soga y en su rostro, la comisura de sus labios se alzaba en una sonrisa. Jimin supo a qué jugarían de inmediato. De manera rápida y predecible, Jungkook y Taehyung, los miembros más notables del equipo de atletismo, fueron llamados al frente para ser líderes de dos equipos diferentes.
—El juego de la soga, todos lo conocen. Un equipo jala, el otro también. El que caiga primero al barro pierde, el otro gana —habló el profesor—. Armaremos dos equipos, equipo A: Kim Taehyung. Equipo B: Jeon Jungkook.
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MISTE 本 KOOKMIN
Historia Corta"Hablas del dolor como si estuviera todo bien, pero sé que sientes como si una parte de ti estuviera muerta por dentro". En dónde Jimin añoraba conocer el significado del cariño mutuo, pero estaba demasiado roto como para pensar que alguien podría m...