VI

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La noche para Marcia fue bastante tortuosa, plagada de malos recuerdos y pesadillas . Aún así en algún punto su sueño transmutó  extrañamente, dejando el horror atrás y dandole unos últimos momentos pacíficos antes de despertar. El día estaba radiante, pero aun era temprano. Podía escuchar a su primo prepararse apresuradamente para ir al instituto.

Tras  cambiarse con ropa cómoda y peinar su cabello en una trenza,  tomó una chocolatina de su maleta y salió de su habitación, cruzandose con Stiles y adelantando al menor cuando casi coincidieron en las escaleras.

-Buenos días enano, llegaras tarde a clase.... otra vez.- le sacó la lengua al castaño y acto seguido se fue. 

Ya en la calle, estiró un poco las piernas e inició una carrera adentrandose en el bosque. No necesitaba contener su velocidad, ya que no detectaba humanos cerca, por lo que corrió sin contenerse y saltando troncos y rocas sin dificultad alguna. Siempre se sintió bien corriendo y desde que poseía esa nueva naturaleza, era lo que mas disfrutaba de todo, la sensación de libertad que le aportaba. 

Escuchó el ruido del agua y tomó rumbo hasta allí, donde al llegar aprovechó para refrescar su rostro y nuca, pues ya estaba sudando. Un par de minutos de descanso fueron suficientes y retomó la marcha, de nuevo sin rumbo fijo. Sin  esperarlo, en algún momento le pareció divisar algo extraño y se dirigió hasta ello. Al llegar al gran claro, se encontró con los restos de la que en su día fuese una hermosa mansión. Rodeó los que quedaba de la construcción antes de acercarse a la puerta principal.

Se sorprendió un poco cuando la pudo abrir sin ningún esfuerzo, como si se hubiese usado de forma habitual. Algo extraño dado el estado de la vivienda, o eso le pareció a la rubia. Pudo ver el deplorable estado del lugar, pero también notó sangre y señales de pelea que no tendrían mucho tiempo, meses quizá. Subió las escaleras y pudo asomarse desde una destrozada ventana que aún conservaba parte de la cortina. Definitivamente las vistas eran envidiables, lastima que acabase en semejante estado.

Mientras todavía miraba el paisaje desde allí, percibió una silueta emergiendo del bosque y le puso atención. El hombre que poco a poco se dejó ver , no era otro que ese alfa con el que ya se había topado antes. Viendole detenidamente, era un hombre bastante apuesto, más que la mitad de sus exnovios. Si no le hubiese parecido un idiota en su primer encuentro y no tuviera a un grupo de sádicos fanáticos tras sus pasos, quizá se habría planteado algo pero con todo lo que tenía encima, no necesitaba distracciones innecesarias.

En algún momento mientras la rubia pensaba,  el moreno miró hacia la ventana y le habló , sin necesidad de alzar la voz ya que ambos poseían un oído excepcional.

-Sal, tenemos que hablar.-

-Porque debería? También puedes entrar tu.- ella respondió sin más, cruzandose de brazos aún frente a la ventana.

Varios minutos transcurrieron sin que ninguno de los dos se moviera, hasta que finalmente Derek se encaminó a la puerta de su antigua casa tras resoplar con molestia. 

La rubia le vio entrar, sonriendo ligeramente por su pequeño triunfo, raro era vencerla en testarudez.

-Puedes al menos bajar? Esa parte es inestable.- las palabras del moreno salieron mas parecidas a un gruñido, pero pudo detectar algo de preocupación en él.

Bajó tranquilamente las escaleras,  encogiendose de hombros y cruzandose de brazos al llegar frente al contrario.

-Y bien? que tienes que decirme que sea tan importante para buscarme por el bosque hasta aquí?.- Marcy simplemente le miró alzando una ceja.

Un destino no tan terrible (Derek Hale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora