SCOTT
-Ahora si me disculpas
Se marcha.
Mierda, se ha marchado.
Me paso ansioso la mano por el pelo. No sé que hacer. La he cagado. Lo último que me faltaba es que Irina, mi única esperanza, se enfadara conmigo.
Yo de verdad que necesito su ayuda. Y la verdad es que no entiendo como sin siquiera conocerme pueda sacar esas conclusiones de mí.
Pues como ves la vida, ser guapo, estar bueno, sexo, tener lo que quieres, y esperar que tu padre se crea tu papel de niño bueno para que te mantenga.
Las palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez.
Despiértate, de una puta vez, hay gente como yo que se deja la piel para conseguirse la vida, y tú ahora vienes y me dices que te ayude para que tu papi te dé dinero. En serio, James, ¿te crees que te voy a ayudar después de ver lo imbécil que puedes llegar a ser? Ni en tus sueños.
Sus palabras que sin alguna explicación hacen que sienta cierta inquietud, y no solo las palabras, más que nada la risa agria que soltó mientras lo decía. Parecía...disgustada.
Quizás estás siendo egoísta.
La voz de mi pepito grillo resuena en mi cabeza.
No sé ni qué hago pensando en lo que me dijo, para mí debe ser insignificante su opinión. Solo debo encontrar alguna manera de convencerla.
¿Quizá si se lo propongo en un momento que esté medio suelta o más relajada...
Ya está.
La bombilla de mi cabeza se enciende y mi cuerpo se dirige directamente a la mesa muy decidido y firme.
Cojo asiento y me fijo en la mejor amiga de Irina.
-Molly, ¿qué es lo que más le gusta a Irina?
Parece cogerla por sorpresa ya que frunce el ceño asombrada y perpleja hasta que titubea.
-¿En qué sentido?-pregunta ella confusa.
-En el sentido de cita.
-Wow.-se aclara la garganta y me vuelve a mirar intentando de arreglar su reacción.- Quiero decir. ¿Ella ya lo sabe? No, mejor, ¿desde cuando pasaron de...
-No, no lo sabe. Y respecto a lo otro, lo hemos arreglado y hemos decidido empezar de cero. Ahora, ¿qué crees que es lo que más le gustaría en plan cita?
-Un picnic. Eso es lo que me dijo la última vez.
-Perfecto, muchas gracias.
***
Media hora después, Irina vuelve, gracias a Dios. Ya me estaba aburriendo con la parejita. A penas se conocen y ya hacen de todo.
Irina, al ver que mi mirada recae sobre ella, se retuerce incómoda en su asiento sin devolverme la mirada.
-Irina.-la llamo. Sin embargo, esta no responde, ni se mueve aunque sea un centímetro.-Irina.
Esta vez, toma una gran bocanada de aire antes de mirarme con aquellos ojos marrones tan complejos.
-¿Qué quieres ahora?-bufa
-Vamos no te enfades, simplemente quería pedirte si después podemos hablar.
-Es lo que estamos haciendo, ¿no?
-A solas.
Me mira y breves segundos después asiente con la cabeza.
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Si supiéramos lo que el destino nos tiene preparado.
RomanceJames Scott, un joven de 20 años, es todo un mujeriego y asiste a fiestas siempre que se le presenta la oportunidad. Todas las chicas de su universidad lo admiran y lo adoran. O por lo menos eso era lo que pensaba Scott. Irina Brown, con 19 años, le...