Capítulo 1

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Comenzaré por contarlo todo, y con todo me refiero a cómo terminé vendiendo mi cuerpo a cualquiera en un prostíbulo con tan sólo 18 años.

El dinero escaseaba, y quería que mi madre se recuperara de su cáncer. ¿Cómo? No tenía un puto centavo en sima y lo único que podía hacer era sentarme a los pies de su cama suplicando por no ser despedida de otro trabajo.

Muchas veces dormía en el hospital y llegaba tarde a clase.

Curso el último grado lista para entrar en una universidad y poder estudiar mi carrera como fotógrafa. Era buena en las materias y reconocida por mi inteligencia.

¿Vamos al punto de una puta vez? Claro que sí.

Cierto día la quimioterapia de mi madre comenzó a fallar y no pude pagar la operación de urgencia. Fue cuando conocí a cierto amigo de mi difunto padre y me ofreció un trabajo como bailarina en un bar, o al menos eso era lo que pensaba hacer.

No pude rechazar la oferta, mi madre se estaba muriendo y necesitaba ése dinero. Decidí acudir a dicho lugar, y para mi sorpresa, no era para nada lo que esperaba.
Entrando por la gran puerta color rojo el sonido de la música provocó un gran zumbido en mis oídos. El olor a tabaco y ron inundó mis fosas nasales dejándome una mala experiencia de las adicciones.

Me dirigí a una de las chicas que servía en las mesas y pregunté por Min Gu.

—Disculpa, ¿podrías decirme si el señor Gu se encuentra?

—Está en el segundo piso, puedes utilizar aquellas escaleras. Habitación 1— fue amable y cortés conmigo, algo que se le ve muy poco a las prostitutas.

Me adentré en los pasillos y la verdad no sabía si eran habitaciones o una perrera. Gritos de chicas y hombres retumbaban en todas las paredes. Sin perder tiempo toqué la puerta del señor Gu recibiendo un Adelante de su parte.

—¡Vaya, pero si es la pequeña Seo!— sonrió y se acercó— ¿Haz considerado la oferta que te propuse?— fue al grano.

—No tengo muchas opciones y creo que me van a despedir de la casa en la que trabajaba como sirvienta— dije, no muy contenta— Necesito el trabajo.

—Y yo te necesito a tí Seo Jin— sacó una hoja de papel colocándola sobre la mesa— Sólo tienes que firmar, te pagaré por adelantado— seguido de sacar el bolígrafo, hizo una llamada— Pueden traerlo.

No pasaron ni cinco minutos cuando un hombre de estatura alta y facciones gruesas se acercó con una maleta en manos que se le fue entregada a Min.

—Son 10 000$— abrió la caja y casi me da un infarto al ver la cantidad de dinero que de una forma extraña cabía en ésa maleta.

—Es... mucho dinero para empezar— no me lo creía todavía.

—Son nuestros servicios, ten— me entregó un frasco de pastillas— las necesitarás para mañana.

—¿Mañana?— agarré el frasco.

—Empiezas a las seis de la tarde, ni una hora antes ni una menos. Lo tomas o lo dejas— se levantó de su silla y colocó su abrigo preparándose para una salida— Puedes tomarte tu tiempo si deseas, éste hombre te llevará a casa en caso de que te vayas antes de yo llegar. Tengo una reunión— agarró su portafolio y desapareció entre los pasillos.

Seguía pensando en si debía o no. El dinero era suficiente como para tratar la quimio de mamá y pagar la operación de 5 000$. Me sobraba incluso para alquilar un departamento mucho mejor y más cerca del hospital.

No pensé más y firmé las blancas hojas que yacían frente a mí. Suspiré una vez terminé, agarré el dinero y salí acompañada del hombre.

—Puedo ir sóla a casa, no se preocupe.

—El señor Gu dejó muy claro que debía ser acompañada hasta su casa, entre por favor— su tono de voz era demaciado grueso. Abrió la puerta del lujoso auto y no me quedó otra opción más que entrar.

Pensándolo bien, éste trabajo no era tan malo que digamos. Puedo ir a clases en la mañana y por las noches trabajar. Sigo pensando en el significado del frasco color blanco que me había entregado Min Gu.
No tomaré ni una sola pastilla de ése pomo hasta que no me digan de que se trata.

Con el dinero entregado, pagué la operación de mamá. Será dentro de dos semanas, incluída la quimio. Comencé a buscar un departamento cerca del hospital para no tener tantos gastos en los taxis.

—Mami, logré conseguir un trabajo— agarré su débil mano— pronto te operarán.

—Mel— poco a poco pronunció mi nombre, mi pecho se apretó y sentí ganas de llorar.

No es fácil tener que ver a tu madre tumbada en una cama muriendo poco a poco y sin poder hacer nada.
Conseguí el departamento a un muy buen precio y en buenas condiciones.

La noche calló, y con ella el sueño de mi madre. Terminé de acomodarla y arroparla para que su noche fuera cálida y cómoda.

Caminé despacio con rumbo a mi nuevo departamento ansiosa por dormir un poco y prepararme para mañana la escuela.

—Oh, señorita Seo— se acercó la señora de la renta muy animada.

—Buenas noches soñara Min, ¿Qué puedo ofrecerle?

—Un hombre de negro estubo en su departamento buscándole, me pidió que le diera ésto y le dijera que mañana pasan por usted a las cinco de la tarde— me entregó una caja color negro con cierto moño rojo sobre ésta.

—Muchas gracias, que tenga bonita noche— continué mi camino a las escaleras llegando a mi apartamento. Dejé las llaves sobre la mesa de centro y miré el contenido de la caja.

—Madre mía, ¿Tengo que usar ésto?— dentro de la caja se encontraba un vestido negro que cubría poca piel y dejaba mucho a la imaginación. Suspiré pesado y lo volví a guardar— Ya veremos mañana.

Acomodé la cama y recosté mi cuerpo sobre ésta relajando hasta el músculo más pequeño y así, caer profundamente dormida.

[Compañer@s, cuando se trate de la descripción de algún traje lo podrán ver en la imagen del inicio del capítulo]

Fuck me or you leaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora