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Feliz contigo
Advertencias: Harry Potter AU; oc ravenclaw
Correr por los pasillos de Hogwarts junto a Reiner en vez de haber entrado a mi clase de herbología, en la cual en estos momentos debería de estar prestando atención y tratando de ganar puntos para mi casa, no era algo que usualmente haría, no era algo que haría en ningún caso. Pero que el rubio haya llegado totalmente exaltado diciendo que Bertholdt se había caído de su escoba y que este no reaccionaba, era algo más preocupante.
Es que los dos eran unos idiotas. Como era posible que se cayeran de la escoba cuando ambos eran parte del equipo de Quidditch de sus respectivas casa.
—¿Cómo es posible que se haya caído?
—Puede que eso haya sido un poco mi culpa...
—¿Tu culpa? — frené y le di una mirada fulminante.
—Solo dije algo que hizo que se distrajera, creo que eso provocó la caída. — agarró mi muñeca. —Y no pares, ya vamos a llegar a la enfermería.
Ambos seguimos corriendo hasta dar con la puerta de la enfermería. El rubio junto a mi se detuvo a tomar aire y yo di unos golpes en la puerta antes de abrirla y entrar por ella, dejando a Reiner atrás.
Él lugar se veía vacío, en realidad, casi nunca estaba lleno. Al final de la hilera de camas blancas distinguí a Madam Pomfrey caminar en mi dirección, con un rostro lleno de confusión. Abrí mis ojos de forma grande. ¿En que momento pensé que seguir a Reiner sería buena idea? era algo obvio que ninguno de nosotros debía de estar fuera de su respectiva clase. Lo de Bertholdt ni siquiera debía ser algo tan grave. Que tonta.
—Señorita... se supone que los de ravenclaw tienen clase de Herbología en estos momentos ¿qué hace aquí?
—Es que Reiner dijo que Bertholdt...
—El señor Braun está exagerando, el señor Hoover ya está mejor, no fue algo grave, para la hora de cenar ya estará totalmente bien. Vaya a clases ahora.
Di media vuelta para caminar hacia la puerta, Reiner venía justo en dirección contraria. Ambos quedamos frente al otro y rápidamente hablé antes que él.
—Dijo que fuéramos a clases.
—Pero Bertholdt...
—Veremos a Bertholdt después, dijo que no era algo grave. — agarré su brazo y tiré de él. —Dijo que ya te había dicho que no era algo tan grave.
—Pero...
—Vamos, Reiner.
Él simplemente guardó silencio y caminó tras de mí. Está bien, Reiner no me había obligado a acompañarlo, así que no era totalmente su culpa. Yo no me detuve a pensar las cosas con claridad, solo podía pensar en Bertholdt herido y mi corazón se contraría dentro de mi pecho. No era algo que pudiera evitar, me preocupaba por Bertholdt, después de todo era mi amigo y estábamos saliendo o algo así.
