¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pedir un beso
Su cabello negro estaba despeinado contra la almohada, sus ojos cerrados, sus brazos se encontraban reposando en su espalda y sus piernas estaban dobladas. Bertholdt siempre dormía en extrañas posiciones. Pero ya me había acostumbrado, me había acostumbrado a cada parte de él.
Sonrío.
Eran apenas las cuatro y media de la mañana; Bertholdt solía despertar a las siete, yo a las seis y media, era nuestra rutina. Pero en estos momentos su tranquila y suave respiración era el único sonido en la habitación. Producía una sensación de calma; me gusta esa calma, siempre me ha gustado.
Me gustaba observarlo mientras él dormía y yo no. Lo cual sucedía muy seguido en tiempos de exámenes en la universidad como ahora. Me hacía pensar en nada más que él; es la distracción perfecta y mi distracción favorita de todos los tiempos.
Concentré toda mi atención en mi novio y acerqué mi mano hasta su cabello negro, pasando mis dedos suavemente. Mi novio. Apenas llevabamos un par de meses como novios oficiales, se sentía como si fuera algo reciente, como si todo hubiera pasado ayer, pero al mismo tiempo era como si lo conociera de toda la vida; una comodidad instantánea cubría el ambiente cuando se trataba de Bertholdt.
Todo él era amabilidad, felicidad y belleza. Fue así desde el momento en el que lo conocí. Sigue siendo así.
°°°
La fría brisa chocó contra mí rostro apenas salí por la puerta. Un alivio en realidad. Los lugares con multitud no son mi espacio favorito y dentro del edificio había muchísima gente, yo no sé en que momento acepté en meterme aquí. Me encuentro justo en estos momentos en Paradise, una de las agencias de modelaje mas grande de la ciudad. Todo es culpa de mi hermano Jean. Le ofrecieron trabajar en una sesión de fotos como fotógrafo, una oportunidad única para él si estamos hablando de una de las compañías de modelaje mas grande. Y cómo buena hermana le he estado haciendo compañía durante estos días, que quede claro que el insistió, ahora me arrepiento.
Así que vine a la azotea para tomar un respiro de toda la multitud, nadie viene aquí, todos están muy ocupados con la nueva campaña como para venir a este lugar. Caminé hasta el borde del edificio, apoyando mis brazos en la baranda de cemento y pasee mi vista por la ciudad, ers un edificio bastante grande, así que hay una vista amplia. Sirve para mantener la mente ocupada y, claramente, estar alejada de tanta multitud.
—La brisa es refrescante ¿no? — apenas oí esas palabras mi corazón sufrió un pequeño sobresalto. Giro mi rostro de inmediato y me encuentro con el rostro mas hermoso que alguna vez haya visto. —Lo siento, fui muy repentino, no quise asustarte.
Su voz es suave. Dulce.
Supongo que mi rostro se veía un poco asustado debido a su inesperada presencia. Él me sonríe. Una pequeña sonrisa. Una muy bonita sonrisa. Sus ojos verdes se ven cansados, pero aun así la sonrisa que adorna sus labios se ve sincera y alegre, transmitiendo un aura de tranquilidad y comodidad.
