the witcher and the archer ━ fargexby [hiatus]

El inicio de todo

El cantar de las aves era un ruido muy relajante para él. Su pelo se movía en sincronía con el viento, y sus ojos se encontraban cerrados, apreciando ese momento para descansar y recuperar energías.
Pero su descanso fue más corto de lo esperado porque los ruidos a su costado perturbaron cualquier armonía que hubiera existido anteriormente, y aunque haya sido molestado, una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Sabia claramente de quien, o mejor dicho, de quienes se trataba, así que abrió los ojos y miro hacía donde venían esas pequeñas risas muy poco discretas, justo donde un arbusto se encontraba y observó como tres cabelleras -una rubia y las otras dos castaño- estaban asomadas.

Su sonrisa se ensancho, y pensó : "estos niños realmente no saben esconderse bien". Así que se paro del pasto, sacudió sus ropas y agarró su carcaj junto a su arco y salió directo para el camino donde había venido hace menos de dos minutos. Escuchó atentamente las pequeñas risas, los shh's y los intentos de sigilo con sus pasos.

Realmente quería ver hasta donde llegarían para hacerle la "emboscada sorpresa", porque literalmente de sorpresa no tenía nada, ya que eran bastante malos para esconderse; pero él nunca se los diría, le dolería en su corazón romperles esa ilusión.
Continuo así hasta que sintió tres personas colgarse de espalda. Por suerte se le ocurrió llevar el carcaj en la mano para que ninguno de los niños se lastimara con el choque de sus caras contra ese objeto.
Lentamente se agachó hasta el piso, para así parecer que lo derribaron. 

Risas resonaron junto a pequeños gritos de victoria, y eso alegro eternamente a Fargan; adoraba hacer reír a los niños, jugar con ellos y cuidarlos, y aunque no tuviera tanto tiempo, siempre que estuviera libre tomaría un poco de ese tiempo para pasarla con los niños de ese orfanato.

─ ¿Qué te pareció? ¿Lo hicimos bien? ─ Preguntó uno de los niños, Ciro, sus ojitos parecían brillar en la espera de su respuesta. Sonrió mostrando sus dientes, como pudo se paro y los miro mientras agarraba sus cosas.

─ Estuvo muy bueno chicos, pero para la próxima me gustaría que fuera en el orfanato, a la abuela no le gustaría saber que salieron en la hora de la siesta ─ Cuando termino de hablar, los niños agacharon la cabeza, mostrando arrepentimiento. Y Fargan no podía cuando ellos se ponían así ─ Bien, no le contare a la abuela, pero hay que volver rápido si no queremos que los descubra.

─ ¿Qué pasaría si nos descubre? ─ Pregunto una niña. Recuerda que su nombre es Leonor, su cabello rubio con sus ojos verdes lo miran expectantes por la respuesta, al igual que Dante y Ciro.

─ Bueno, van a ser castigados con una semana en el rincón y sin horas de juego ─ Respondió, los niños se pusieron tristes, pero Fargan agregó ─, pero si ponen su mejor cara de arrepentimiento seguro se salvan de eso. 

Los pequeños rieron y salieron corriendo hacia el orfanato que quedaba en el pueblo. Fargan los siguió desde atrás, manteniendo un trote lento, pero estando a la velocidad de los niños.

Mientras pasaban por las tiendas y casas del pueblo admiraba los lugares, las personas que estaban ahí a veces lo saludaban, porque claro, siendo uno de los guerreros personales del rey tenía la constante mirada de los demás sobre él. Incluso habían dos más, Vegetta y Luzu. El primero, aparte de ser un guerrero ágil con la espada, es un mensajero, agregando que es muy perfeccionista con las cosas, que necesita que todo este simétrico. Y el segundo, igual de experto con el arco, es un explorador nato, conoce todos los lugares del bosque como si estuviera conectado a el.
Al principio hubo problemas para entenderse entre sí, pero fueron arreglando esas cosas. Con paciencia y calma lograron ser un gran trio de guerreros para proteger a su rey y al pueblo donde nacieron. Y en la actualidad, son inseparables, mejores amigos, se habían contado de donde venían y más.