Reencuentros y verdades

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Cayó de rodillas al pasto, su espada estaba a unos metros de él, clavada en la tierra; y él, cubierto de polvo, sudor y barro, hacía lo posible para calmar su agitada respiración.

─ ¿Cansado?

─ No, para nada, puedo seguir

El hombre suspiro, sabiendo que no podría hacer mucho para convencer al niño de parar por lo menos para un descanso. 

─ Disculpe, pero tengo esta duda, ¿No se supone que debería de haber más gente viviendo aquí? Ya sabe, más como nosotros ─ El joven lo miraba desde su posición, esperando su respuesta con ansías, ya que venía con esa duda desde hace semanas. Queriendo saber por qué vivía en un lugar con demasiado espacio que podría ser ocupado por más personas como él.

El hombre se levantó de su lugar y camino hasta la espada clavada, para posteriormente sacarla de ahí.

─ Mira muchacho, hay muchos como tú y yo esparcidos, pero desgraciadamente no todos pudieron conservar la cordura después de haber visto tanta cosas que guarda este mundo, y el poder que hay corrompe sus almas hasta no quedar nada más que el vacío mismo. Por eso, no sólo debes ser fuerte físicamente, sino mentalmente. Evita caer como los demás ─ Con eso dicho, el hombre le entrego la espada y se dio la vuelta, ingresando a su hogar. Y él volvió a su entrenamiento, importándole poco que los callos de su mano se volvieran a romper.


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Con lentitud abrió sus ojos, intentando acostumbrarse a la luz del cuarto. Sentía como todo su cuerpo estaba entumecido y no se podía mover mucho, sabiendo perfectamente que eso era por culpa del elixir después de que se acabara el efecto del mismo. 

─ Oh, ya estás despierto 

Una voz irreconocible alertó todo sus sentidos, queriendo ponerse de pie hizo que un horrible dolor apareciera, pero eso no basto para derribarlo y continuo moviéndose.

─ ¡Hey, chico! ¡Calma! ─ Desesperado, la persona a su lado intento retenerlo en la cama.

─ No me toques ─ Soltó, cegado por el dolor de su cuerpo que no lo dejaba estabilizarse como quería. Aunque no esperaba, que la misma persona que grito preocupado, fuera la que le golpeo en la cabeza.

─ ¡Por amor a todos los santos, quédate quieto niño! ─ Demando, y como si hubiera sido regañado por su madre, hizo caso a la orden con algo de vergüenza. 

La persona suspiro, totalmente cansado, y después de un par de minutos, sumergidos en un silencio incomodo para Alexby, habló.

─ ¿Qué paso mientras estaba dormido? ─ Levantó la mirada, encontrándose con unos curiosos ojos violetas, nunca había visto de ese tipo de color en los ojos y le parecían totalmente increíbles. Y, observando bien a la persona que tenía en frente, portaba una camisa blanca y unos pantalones no tan ajustados de color negro, junto con unas botas también negras. Sinceramente le recordaba un poco a su maestro en la forma que cruzaba sus brazos y portaba esa aura de superioridad, e inconscientemente sonrió por el recuerdo.

El de ojos violáceos levanto los hombros.

─ No mucho, después de que el dragón se fuera con ese sujeto te desmayaste por la fea herida que tenías y que estaba desbordando en sangre. Luego te trajimos, te curaron y ahora estás despierto ─ Informó, y seguido de eso, le extendió la mano. ─ Vamos  ver a tus amigos, estuvieron todo el tiempo preocupados que literalmente los tuvimos que dormir. ─ Alexby soltó una pequeña risa y con seguridad tomó la mano del pelinegro. Vegetta tuvo el cuidado al ayudarlo a levantarse de la cama, y a paso de tortuga lo guío por los pasillos.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2023 ⏰

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the witcher and the archer ━ fargexby [hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora