2✄Sobre el odio y los osos de felpa rotos.

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"Cal..." Una sílaba.

A penas alcancé a decir. Dos sílabas.

Y el chico que lucía como asiático pero no lo era, dos sílabas,

subió a una camioneta blanca sin placas modelo odyssey dos mil seis. Una sílaba.

Agité mi mano para decir adiós pero era muy tarde. Dos sílabas.

Mi mejor y único amigo había partido. Tres sílabas.

No tenía cómo llegar a casa. Dos sílabas.

No tenía un plan. Una sílaba.

No tenía cómo ir a comer o qué comer. Dos sílabas.

No tenía a nadie más. Una sílaba.

No tenía un plan. Una sílaba.

No tenía un plan. Una sílaba.

No...tenía...un...plan. Una sílaba.

El suelo me pareció cómodo en ese momento. Tres sílabas.

Pero era porque estaba desesperado. Cinco sílabas.

Y esa es la peor forma en la que uno puede estar. Dos sílabas.

Porque cuando estás desesperado, cinco sílabas,

haces cualquier cosa, dos sílabas.

Sin importarte nada ni nadie. Dos sílabas.

Tú parecías todo el tiempo desesperado. Cinco sílabas.

Pero sólo parecías. Cuatro sílabas.

Porque en una parte de tu cerebro, tres sílabas,

quedaba ese egocentrismo. Cinco sílabas.

Que hacía que te preocuparas por ti mismo. Dos sílabas.

Y como te darás cuenta, dos sílabas,

yo no entraba en esa ecuación. Tres sílabas.

Y eso pareció darte el derecho de romperme. Tres sílabas.

Intenté hacer un nuevo plan para terminar el día a mi manera. Tres sílabas.

Sin ataques de pánico. Tres sílabas.

Sin des organización. Cinco sílabas.

"Tres cero cinco pm. Una sílaba..."

Pensé en qué escribir por al menos diez minutos. Tres sílabas.

Y cambié la hora escrita unas diez veces. Dos sílabas.

"Tres cero seis pm. Una sílaba..."

"Tres cero siete pm. Una sílaba..."

"Tres cero ocho pm. Una sílaba..."

"Tres cero nueve pm. Una sílaba..."

"Tres diez pm. Una sílaba..."

Mayonnaise✄mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora