4

105 12 11
                                    

Habían pasado tres días desde que vió a Jungmo. Ahora se arrepentía de no darle su dirección y haberlo llevado a casa de su mejor amigo.

Pero ¿y si sólo estaba jugando con el?

No, no podía sólo jugar con él... ¿o si?
Se estuvo debatiendo largo rato abrazando una almohada amarilla hasta que el sonido del timbre los sacó de sus pensamientos.

No iba a abrir pero recordó que estaba sólo en casa y nadie más lo haría cuando el sonido no se detuvo.

No imaginó que vería a Jungmo cuando abrió la puerta, era la persona que menos esperaba.

— Hola, lindo— le extendió un ramito de las pequeñas flores que crecían alrededor del lugar donde lo vio por primera vez. Aclaró su garganta— Te traje éstas flores porque no encontré otras peores.

Wonjin no pudo evitar sonreír y tomar las florecitas entre sus manos.

— ¿Qué haces aquí?— cuestionó dejando el ramo sólo en su mano izquierda.

— Supe que me mentiste...

— ¿Cómo?

— Larga historia.

— Hmm— miró adentro— ¿Quieres pasar?

— Pensé que me dejarías morir afuera, es un avance.

Cuando Jungmo volvió a su casa el día que dejó a Wonjin en casa de Hyeongjun, se encargó de contarle el chisme a Minhee; que más tarde se lo pasaría a Woobin, más tarde lo convencieron de volver a buscarlo pero no fue hasta el día siguiente que cuando estando cerca de la casa vió al chico de labios bonitos salir de esta y alcanzó a escuchar un "gracias por dejarme quedar".

En ese momento pensó que tal vez lo había llevado a la casa equivocada, pensándolo bien el también hubiera hecho lo mismo, era un desconocido después de todo.

Entonces lo siguió a la siguiente casa y esperó a ver si salía de nuevo pero sólo lo vió más tarde salir en chanclas repitiendo: un kilo de arroz, cuatro zanahorias, medio kilo de carne, un kilo de arroz, cuatro zanahorias, medio kilo de carne, un kilo de arroz, cuatro zanahorias, medio kilo de carne.

Fue en ese momento que se percató que estaba siendo un completo psicópata espiando al futuro padre de sus hijos yendo a la tienda en chanclas.

Decidió volver a cada y tomar cartas en el asunto. Investigó si de verdad vivía ahí, y no como un mafioso, más bien como un adolescente que quiere saber dónde vive su crush; preguntó entre los amigos que conocía de esa escuela.

— Estás loco.— dijo Wonjin cuando Koo terminó de contar cómo llegó a él.

— Yo diría enamorado.

— Loco te queda más.

— ¿De verdad no te gusto?— apoyó la cabeza entre ambas manos.

— No— murmuró evitando verlo.

— ¿De verdad?

— Jungmo...

— ¿Sí, darling?

— No quiero que me gustes.

— ¿Por qué?

— Tengo miedo.

— ¿De qué?

— ¿Qué te importa?

— De verdad me importa, mira, puede que te parezca un juego pero de verdad me gustas, de lo contrario no haría esto.

— Yo...

— Puedes confiar en mi.

— Bien— bufó. Confiaría en él— Te lo diré ¿quieres más malteada?

𝗯𝖾𝘁𝘄𝖾𝖾𝗻 𝗎𝘀 - 𝗺𝗼𝗴𝘂𝗁𝖺𝗆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora